El riesgo del sexting
No hace mucho dedicamos un post en nuestro blog refiriéndonos a la posibilidad de utilizar una selfie erótica para seducir a esa persona en la que hemos puesto nuestros ojitos y con la que ya empezamos a mantener una confianza tal como para dar ese paso siempre arriesgado que es el de fotografiarnos eróticamente y entregar esa fotografía a una persona que, en un determinado momento, podría hacer uso de dicha foto contra nosotros.
No estamos hablando de ciencia ficción. El rencor hace que la gente haga determinadas cosas que nunca se hubiera planteado hacer. Un ejemplo: hacer circular por la red una fotografía íntima de quien un día fue nuestra pareja. Hay encuestas que ponen cifras y porcentajes a esta reacción. Según una encuesta realizada el fabricante de antivirus McAfee a un total de unas 10.000 personas, el 40 % de los enamorados afirman sin problemas que, en caso de ser traicionados, engañados o abandonados por su pareja, publicarían una foto erótica de la misma o, incluso, una foto en la que apareciera practicando sexo explícito. Esto no impide que el 67% de los españoles haya intercambiado alguna vez este tipo de fotografías utilizando whatsapp o algún tipo de redes sociales. Después de todo, el 98 % de los entrevistados cree que su pareja nunca haría pública una fotografía erótica suya, algo sin duda tremendamente arriesgado (cuando no suicida), máxime teniendo en cuenta que, según se recoge en la misma encuesta, el 60% de las personas que amenazan con enviar fotos íntimas de la expareja acaban cumpliendo la amenaza.
Y es que el sexting, es decir, la práctica consistente en enviarse imágenes propias de contenido erótica, tiene sus riesgos. Y esos riesgos son muchos. El rencor, después de todo, o el ansia de venganza, pueden ser más fuertes de lo que lo fue el amor. Una imagen erótica nuestra, enviada, se convierte en una especie de boomerang que, una vez lanzado, puede volver a nosotros para impactar, y de manera catastrófica, en nuestra vida.
Trucos para hacerse autorretratos sexys
Para paliar al máximo los daños colaterales que pudiera causar una fotografía de este tipo tomada y enviada en días de vinos y rosas, vamos a dar una serie de consejos a todas aquellas personas que, viéndose incapaces de renunciar al atractivo casi adictivo de la práctica del sexting, deseen utilizar el envío de fotos sexys como arma de seducción o de apoyo de su tarea de seducción.
Lo primero que debemos saber a la hora de realizar autorretratos sexys pero no eróticos es que para provocar el deseo de la persona a la que hemos colocado en el centro de todos nuestros objetivos de seducción es que no es necesario el uso de los sexualmente explícito para que ese deseo se despierte.
¿Qué podemos hacer para hacer autorretratos sexys sin por ello desnudarnos o retratarnos mientras realizamos algún tipo de práctica erótica?
Una de las mejores cosas que podemos hacer, sobre todo si somos mujeres, es utilizar el color rojo en nuestra ropa. Tras esta afirmación se esconde un estudio realizado por la universidad de Rochester, Nueva York. Dicho estudio sirvió para confirmar algo que era vox populi: que el rojo es el símbolo universal del amor y de la pasión sexual. Hasta los primates persiguen a aquellas hembras que, de una forma u otra, exhiben el color rojo. Y nosotros, al fin y al cabo, no somos otra cosa que unos primates algo evolucionados.
La segunda norma a tener en cuenta es aquélla que hace referencia al poder de la insinuación. No hace falta mostrar un pecho para despertar el deseo de quien contempla un autorretrato sexy. Tampoco hace falta mostrar las piernas completamente. En ocasiones resulta mucho más erótico y más provocador una tela que, situada estratégicamente, muestre una parte del muslo que no mostrar el muslo entero. Unos dedos jugueteando con un botón pueden, también, hacer que la imaginación de quien contempla la fotografía se desborde. Y, no lo olvidemos nunca, una imaginación desbordada es, siempre, uno de los mejores estimulantes que puede tener la libido de una persona. Después de todo, y como solemos decir, el cerebro es el primero de entre nuestros órganos sexuales.
La tercera norma a tener en cuenta para realizar un autorretrato sexy sin necesidad de que sea explícitamente erótico, especialmente en el caso de las mujeres, es no olvidar una parte de la anatomía de la misma que está siempre a la vista y que resulta especialmente atractiva: los labios. Es difícil contemplar unos labios y no pensar en lo que esos labios pueden hacer. De entre todo lo que unos labios pueden hacer vamos a destacar sólo una cosa: el beso. Contemplar unos labios nos invita a pensar en el acto de besar. Si potencias tus labios y les das protagonismo en tu autorretrato sexy conseguirás atraer mucho mejor la atención de esa persona a la que deseas conquistar.
Otra de las partes de la fisonomía femenina que puede resultar muy sensual es el pelo. Si quieres transmitir dicha sensualidad y proyectar una imagen hasta cierto punto enigmática, tócate el pelo. Que sea fetiche y mito en muchas culturas nos habla de la importancia que el cabello tiene en el proceso de seducción.
Un concepto clave que hay que tener en cuenta a la hora de realizar un autorretrato sexy es el de transmitir una imagen de alegría y seguridad en uno/una mismo/a. En muchas ocasiones eso resulta mucho más útil para seducir a la persona que se tiene en frente que unos labios perfectos, una larga melena o una postura sexy.
Si quieres utilizar un autorretrato sexy para seducir a una persona ten en cuenta todos estos consejos que acabamos de darte. Gracias a ellos podrás disponer de un arma de seducción que nunca podrá volverse contra ti como sí podría volverse una fotografía en la que el erotismo fuera mucho más explícito.