En el amor, el fin justifica los medios
La seducción es una guerra y las guerras, por desgracia, sirven para acabar justificando lo que en principio parecía injustificable. Por poner un ejemplo extraído de la Historia: los Estados Unidos siguen argumentando aún, muchos años después de que a bordo del Missouri se firmara la rendición del Japón, que los muertos de la Segunda Guerra Mundial hubieran sido muchos más y ésta hubiera sido mucho más larga y sangrienta si el mando estadounidense y el Presidente del país, Harry Truman, no hubieran tomado la decisión de lanzar sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki las dos primeras bombas atómicas de la Historia. De sobras conocemos los catastróficos efectos de los lanzamientos de Little Boy y de Fat Man sobre las dos citadas ciudades japonesas el 6 y el 9 de agosto de 1945, respectivamente. Se suele decir que la primera de estas bombas (Little Boy) causó la muerte de 140.000 personas. La segunda Fat Man, fue la causante, por su parte, de la muerte de más de 40.000 personas. ¿El resultado de una acción tan brutal? Japón, conmocionado por la atrocidad del ataque, tuvo que anunciar su rendición incondicional. Estados Unidos, que se había visto obligada a declarar la guerra a Japón después de que el país nipón, en 1941, bombardeara por sorpresa la base norteamericana de Pearl Harbor, ganó la que se llamó la Guerra del Pacífico. Una vez más, en la Historia, el fin había justificado los medios.
Dicho axioma, de clara inspiración maquiavélica, se ha utilizado también en numerosas ocasiones tanto en las batallas del amor como en las menos trascendentales de la simple seducción. Un buen seductor no debe detenerse ante nada y la ética debe ser una palabra extraña a su vocabulario. El seductor no pide entrar en una fortaleza, la toma al asalto. Y cualquier iniciativa de asalto sólo debe atender a una ley: la de conseguir que el asalto sea lo más breve posible y, lógicamente, que acabe resultando exitoso para el asaltante. Y el seductor, después de todo, no es sino una forma de asaltante. Un invasor.
No hay principios morales que deban ni puedan debilitar el empeño de un buen seductor. Fijado el objetivo, y sabiendo que ese objetivo es especial y muy importante para nosotros (no es cuestión de ir rompiendo parejas por ahí) hay que ir a por él apechugando con todas las consecuencias que el proceso de seducción pudiera tener. Un ejemplo: un seductor no se detendrá al conocer que la mujer a la que se desea conquistar tiene pareja. Un seductor de verdad sólo pensará: “pobre muchacho, se va a quedar sin esa preciosidad”.
Cálculo de probabilidades
Ahora bien, para conquistar a una chica que tiene novio hay que andarse con pies de plomo y tener en cuenta una cosa: que esa conquista sólo será posible si en la relación de esa chica con su novio existe alguna grieta, es decir, si la chica no es completamente feliz en su relación actual.
¿Cómo descubrir eso? Observándolos, si tienes ocasión, cuando estén juntos. Pequeñas señales pueden servirte de aviso sobre el estado de su relación. Si no puedes verlos cuando estén juntos, intenta utilizar tu astucia para adivinar cómo van las cosas entre ellos. Si todo proceso de seducción exige la existencia de un mínimo de astucia, cuando se quiere conquistar a una chica con novio esa astucia se debe multiplicar por tres. Pregunta sobre sus planes de fin de semana, sobre lo que hace normalmente, y atiende a las explicaciones que da sobre su vida, sus aficiones y las cosas que acostumbra a hacer con su novio. Esa sutil indagación te puede servir para valorar si su novio es un verdadero puntal en su vida o no. Lo importante, al actuar así, es localizar la grieta. Después de todo, Troya no puede conquistarse de cualquier manera. Troya sólo puede conquistarse si se introduce un caballo de madera dentro de ella y, para hacerlo, debe hacerse a través de esa grieta.
¿Cómo debemos construir ese caballo de Troya que, introducido en su ánimo, debe servirnos para conquistar a una chica con novio? Sin duda, con buenas maderas. Por ejemplo, no intentaremos hablar mal de ese novio. El hablar mal de él es lo más equivocado que podemos hacer si queremos conquistar a una chica con novio.
¿Debe obviarse entonces el “tema novio” en vuestra conversación? No. Ni mucho menos. Es más: será ese tipo de conversación la que te permita calibrar tus posibilidades y el grado de avance de tu conquista. También, claro, la observación de su comportamiento contigo. Respecto a esto, ten en cuenta siempre una cosa si quieres conquistar a una chica con novio: es peligroso entrar en esa zona en que ella te considera “un amigo”, el “mejor amigo”, una especie de hermano. Que se pueda salir de esa zona para volver a figurar como posibilidad erótico-sentimental no quiere decir que eso sea lo habitual. De hecho, hay que huir de ella a la carrera.
Otros aspectos que debes tener en cuenta al intentar conquistar a una chica con novio es:
- Que puedan usarte única y exclusivamente para dar celos a sus novios.
- Que sea de ese tipo de chicas a las que les encanta coquetear sin pasar de ahí.
- Que esté enganchada a su novio y tú le sirvas única y exclusivamente para que le des todo lo que no le da su novio (ir al cine, acompañarla de compras, visitar museos…).
Seduciendo a una chica con novio
Si la chica con novio pasa todas esas pruebas con nota y tu decisión de seducirla es irrevocable, sigue los siguientes pasos:
- Trátala con respeto. Es decir: no vayas a saco.
- Habla de películas de próximo estreno, de conciertos, de obras de teatro… Quizás ella te muestre su voluntad de ir juntos a verlas.
- Intenta pasar tiempo junto a ella. Ese tiempo debe servirle para hacerse una idea de cómo podría ser la vida para ella si estuvierais juntos.
- Intenta ser original y, sobre todo, divertido. Si tienes opciones de conquistar a una chica que tiene novio es porque su relación no va bien. Hablar de cosas negativas y tristes sólo aumentarían el desasosiego que, probablemente, sufra. Diviértela. Haz que se olvide de sus problemas. Que compruebe qué guay y relajado es estar contigo. Y qué divertida y sencilla podría ser la vida junto a ti
- No intentes imitar a su novio. No eres una versión mejorada de él. Eres alguien completamente distinto que, lógicamente, le ofrece algo completamente distinto.
- Haz que se sienta especial. Exprésaselo con tu comportamiento y con tus palabras. Éstas deben ser medida y cuidadosamente lisonjeras. No abuses del piropo. Recuerda lo que te recomendamos en el post dedicado al piropo. Mejor que decirle que es guapa es decirle que te sientes muy feliz cuando estás junto a ella. O que es un placer hablar con ella. De cualquier cosa. Y que te resulta fácil.
Una vez hayas hecho todo esto debes buscar el momento de hacerle saber tus sentimientos. Ese acto no debe sonar en caso alguno como un ultimátum. Que ella no se sienta presionada. Para tomar la decisión necesitará tiempo y espacio. Si su decisión final es dejar a su novio por ti, hazle ver que, igualmente, es necesario abrir un espacio temporal para que pueda procesar todo lo que le ha sucedido antes de lanzarse de lleno a una nueva relación.
Tú, por tu parte, también debes procesar tus sentimientos y todo lo pasado. No te preocupes por saber cómo finalmente acabó todo con su novio. Y, sobre todo, deja el pasado atrás. Piensa en todo lo que podéis vivir juntos. Eso es lo verdaderamente importante. Y si al final se convierte en tu pareja no te dejes obsesionar por la idea de que si dejó a tu novio por ti también puede dejarte a ti por otro. Esa idea puede resultarte muy dañina. Piensa en positivo. Piensa que ella nunca hubiera dejado a su novio si no te hubiera conocido a ti y que eso sucedió por una simple razón: porque tú eres único para ella. E insustituible.