Mejoras en Happn
Más de 50 millones de usuarios en 50 países. Ésos son los números que puede exhibir Didier Rappaport para presumir de Happn, la app de citas creada por él hace ahora cuatro años, en 2014. Rappaport, que fue, hasta que cumplió los sesenta años, comercial textil, está a punto de realizar un cambio radical en una aplicación que, durante los últimos años, se ha revelado como una de las grandes competidoras de la que, seguramente, es la app de citas por excelencia: Tinder. ¿En qué consistirá dicho cambio? En combinar la Inteligencia Artificial con el destino o azar para, gracias a ello, facilitar los encuentros entre los usuarios de Happn.
La propuesta de Happn ha sido, desde sus orígenes, la geolocalización en tiempo real. Gracias a esta app para ligar, lo usuarios de la misma pueden contactar con quien, literalmente, se haya cruzado con ellos. ¿Cómo? Cuando dos usuarios de Happn se cruzan en la vida real, los perfiles de cada uno de ellos aparecen en la app del otro. Si se produce un “me gusta” mutuo, el chat se activa y, así, se abre la posibilidad de que los dos usuarios se puedan conocer. Con los cambios que Rappaport desea incorporar en Happn lo que se pretende es potenciar la posibilidad de que el encuentro entre los dos usuarios de esta app de citas sea un encuentro correcto, es decir: sea un encuentro entre dos personas con muchas afinidades y altas probabilidades de empatizar mutuamente.
El cambio que Rappaport desea introducir en Happn debe servir para analizar experiencias pasadas y para realizar predicciones sobre los deseos que el usuario proyecte sobre su futuro. En base a eso, Happn actuará como una especie de filtro que, en el fondo, lo que estará haciendo será dar diversas opciones para avanzar en la dirección deseada. En cierto modo, lo que se intenta es “afinar el tiro”. Eso, apunta Rappaport, sin por ello eliminar completamente la influencia del azar. Después de todo, que un usuario se haya fijado siempre en mujeres rubias no tiene por qué significar que no pueda, de golpe y porrazo, sentirse atraído por una mujer morena.
El modo invisible de Happn
Algo a lo que Happn ha querido prestar también atención es a un aspecto que muchos usuarios de apps de citas temen: a encontrarse en mitad de las búsquedas con vecinos, conocidos, amigos, compañeros de clase… Para aliviar la preocupación de este tipo de usuario, el equipo de Happn ha desarrollado una nueva función: el “modo invisible”. Gracias a ella, los usuarios de esta aplicación para ligar pueden ocultar de manera temporal su perfil en momentos específicos del día y en unos puntos concretos. La función “modo invisible” de Happn es programable por horas y, por ejemplo, puede activarse sólo en horario de oficina.
Tras realizar una encuesta entre un amplio número de usuarios de Happn, los gestores y administradores de esta aplicación para conseguir citas descubrieron que aquéllos valoraban por encima de todo la discreción, sobre todo en el lugar de trabajo.
El usuario de Happn podrá también, gracias a las nuevas actualizaciones incorporadas por el equipo dirigido por Rappaport, decidir qué información se muestra en su perfil y cuándo se puede mostrar ésta. Gracias a esta innovación, el usuario de Happn podrá incrementar el control sobre su propia información.
Rappaport ha destacado siempre que Happn quiere ser algo más que una simple aplicación para encuentros sexuales. Y también que, para el equipo de Happn, el usuario de la aplicación es algo más que un simple objeto. Por eso, al revés que sucede en Tinder, donde para ver un perfil nuevo hay que haber “pasado” (aceptándolo o negándolo) el anterior, los perfiles permanecen en Happn (no son eliminados tras un rechazo) por si dos personas que en un principio no han contactado entre sí deciden hacerlo más adelante.
Respecto a todo lo referente a los datos de los usuarios y a su privacidad, Rappaport destaca que su app es muy segura respecto a su almacenamiento y tratamiento. En una entrevista concedida a la publicación argentina “Clarín”, el CEO de Happn manifestaba el concebir como una ventaja el hecho de que la ley obligue a la app a testear su sistema. El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD o GDPR), que entró en vigor el pasado 25 de mayo, y que es una normativa de ámbito europeo, determina que los datos son propiedad del usuario de la app y, por tanto, no de ésta. Así, si el usuario pide de manera explícita que se borren sus datos, Happn está obligada a eliminarlos. Eso sí: el usuario debe pedirlo explícitamente; no basta con que el éste elimine la app del teléfono. De hecho, si el usuario la vuelve a descargar, aparecerá en ella el historial de su actividad y todo lo que, anteriormente, se había hecho en la aplicación. Los datos, así, sólo se “destruirán” cuando el usuario así lo solicite.
El usuario que solicite la destrucción de sus datos debe ser consciente de que éstos no se destruirán de manera automática. De hecho, la ley obliga a Happn a guardarlos durante un año. ¿Por qué? Por si, por algún motivo, las autoridades judiciales los solicitan. Durante ese plazo de un año, los datos se guardan en una base diferente a la que se utiliza para almacenar los datos de los usuarios de Happn activos. Transcurrido ese año, los perfiles desaparecen.