Sobre gustos musicales
Se ha hablado de ella como pegamento social. Se ha dicho que une a las personas. Y todo eso es cierto. Sin duda. Basta contemplar esa especie de comunión que se produce entre personas muy diversas que se unen para, por ejemplo, asistir a un concierto de Bruce Springsteen, de los Stones, de Beyoncé o de Alejandro Sanz para comprobar hasta qué punto la música puede establecer un punto de conexión entre dos personas, un lazo de unión, una alianza.
Sí: la música une. Dos personas pueden no tener en común más que la adoración por la música de Leonard Cohen o de Los Chichos o de The Beatles. Eso bastará para establecer un nexo entre ellas y para que, llegado el caso, puedan pasar las horas y las horas hablando o discutiendo sobre qué canción es mejor, si Suzanne o Famous Blue Raincoat, si Ni más o menos o La historia de Juan Castillo, o si Hey Jude o Let it be.
Muchas parejas de largo recorrido, de ésas que han pasado toda la vida juntos, suelen hablar de “su canción”, es decir, la canción que se podría convertir, de alguna manera, en el himno de su vida, en la canción que les identifica y, en cierto modo, les simboliza como pareja. Hemos visto a ancianos y a ancianas con los ojos nublados por la emoción recordando aquellos años en que bailaban junto a su pareja un bolero de Machín o escuchaban en la radio un tango de Gardel. Y aún a veces, con voces temblonas, tararean esas canciones. Quien más quien menos ha conocido también a parejas que, una vez separadas y tras media vida juntos y algún hijo en común, siguen escuchando por separado y de un modo muy especial una canción que les remite al tiempo en que se conocieron y amaron. Que sea el Querida Milagros de El Último de la Fila, la versión de Caruso de Luciano Pavarotti, el Smoke On The Water de Deep Purple o el I Just Can’t Stop Loving de Michael Jackson no importa. Lo que importa es eso que hemos dicho al principio de nuestro artículo: que la música une.
Música para ligar
Por eso la música puede convertirse en un buen instrumento para ligar. O, cuanto menos, en un pretexto para dar el primer paso. Para establecer esa conexión no hace falta ser músico, aunque todos sabemos de la fama de conquistadores que tienen músicos y cantantes y los puntos a favor que, en determinados ambientes, suponía para un hombre presentarse con una guitarra al hombro y una canción en bandolera. Para establecer esa conexión basta con compartir el gusto por una determinada música.
Pensando en eso, José María Ozamiz fundó Wegow, una plataforma con apps que sirve para conocer a personas con los mismos gustos musicales. O, dicho de otro modo, para ligar con otras personas gracias a la música. Para indicar tus gustos musicales al utilizar Wegow sólo tienes que sincronizar tus cuentas de Facebook y Spotify al crear tu perfil. Al hacerlo, estás señalando cuáles son tus artistas y tus estilos musicales favoritos. Wegow te avisa de cuándo se celebran conciertos de tus artistas favoritos y te permite crear grupos o buscar compañía para acudir a un concierto.
El poder quedar con alguien con los mismos gustos musicales permite el conocer a gente con la que ya tienes algo en común. Dicho de otro modo: una de las principales barreras que suele elevarse entre personas que no se conocen de nada ya ha caído. Ese alguien con el que contactamos ya no es un absoluto desconocido. A él o a ella, como a nosotros, nos apasiona el último disco de Lagartija Nick o el último trabajo de Love of Lesbian o el penúltimo videoclip de Lady Gaga. Y eso ya es mucho.
Otra de estas plataformas y aplicaciones que permiten poner en contacto personas que tienen los mismos gustos musicales y que, por tanto, permiten ligar gracias a la música, es Bandwidth. La plataforma Bandwidth nació a partir de una idea de Openmusic Project, una promotora musical independiente que realiza servicios de marketing y booking. El encargado de su desarrollo ha sido Juan Criollo. El objetivo de Bandwidth es poner en contacto a personas que desean formar una banda musical o buscar en un determinado momento a un colaborador en especial. Quien busque a un saxofonista, por ejemplo, para una grabación, puede encontrarlo gracias a Bandwidth.
El funcionamiento de Bandwidth se fundamenta en el cruce de datos. En este caso, los datos se desprenden del uso que se hace de Facebook. A partir de los “likes” a favor de determinados grupos musicales, Bandwidth determina cuáles son tus gustos musicales y “cruza” tu perfil con el de otros usuarios con los mismos gustos. Aunque no haya sido diseñada para ligar, Bandwidth también puede servir para ello. Después de todo, nos permite conocer a otras personas con nuestros propios gustos musicales y, quién sabe, quizás así podamos encontrar a nuestra media naranja musical. Imagina lo dramático que sería que, tras tantos esfuerzos por conquistar a la chica de tus sueños, ésta iniciara vuestras primeras vacaciones prohibiéndote colocar en el aparato de música de tu coche ese disco de El Fary que tanto te gusta escuchar mientras conduces.