Puede ser culpa de tu timidez congénita. Puede incluso que seas un tío muy inteligente y brillante pero introvertido. Eso te hace pasar inadvertido en muchas situaciones y el pasar inadvertido, lo sabes, no es lo mejor a la hora de ligar. Para ligar hay que ejercer, de alguna manera, una presencia magnética sobre las personas que te rodean. Hay que conseguir que la gente te preste atención. Que tenga interés por ti.

En la sociedad actual y en nuestra cultura, se premia la extroversión. Los extrovertidos tienen mucho ganado a la hora de lograr sus objetivos, también el de ligar. El carisma, así, se premia continuamente. Pero… ¿qué es el carisma? Y, lo que es más importante, ¿cómo puede potenciarse? En este artículo vamos a hablarte de él pero, sobre todo, vamos a darte una serie de consejos básicos para que consigas potenciar tu carisma.

 

La naturaleza del carisma

 

La ciencia y la psicología llevan muchos años estudiando el carisma. Por eso se sabe que hay una parte innata en la persona, algo que viene de serie en dosis genéticamente determinadas. Eso se puede comprobar desde la más tierna infancia. Hay niños retraídos y tímidos y niños líderes que, desde bien pequeños, se convierten en foco de atención. Pero los estudios científicos han demostrado también que el carisma puede ejercitarse. Es decir: que se puede incrementar el carisma a base de trabajo y de esfuerzo.

 

 

Lo primero que hay que tener presente si queremos trabajar el carisma es que el ser extrovertido ayuda a ser carismático pero no es condición sine qua non para serlo. Se puede ser carismático y no ser especialmente extrovertido. Una persona introvertida también puede resultar carismática, también puede triunfar en determinados círculos sociales y, por supuesto, también pueden ligar. Basta con mirar alrededor: también los introvertidos encuentran parejas. Así que, si eres introvertido y actualmente estás solo, no te agobies. La hora de tu triunfo puede estar mucho más cerca de lo que crees. ¿Qué dirías si te dijéramos que Barack Obama es una persona introvertida como lo es, también, Bill Gates? ¿Les impide, su introversión, el ser carismáticos? Creemos que la respuesta es obvia. Solo hay que saber lo que hace que hacer para fortalecer el carisma.

Una vez hayas fortalecido tu carisma verás que:

  • Mejora tu carrera profesional.
  • Se hace más amplio tu círculo de amistades.
  • Mejora tu salud y aumenta tu esperanza de vida.

Estos tres efectos beneficiosos del carisma se resumen, finalmente, en uno solo: serás más feliz. Mucho más feliz.

¿Cómo ganar carisma?

Vistos los efectos beneficiosos derivados del hecho de tener carisma, vamos a ver ahora cómo podemos potenciarlo. Para ello hay que implementar una serie de factores y actitudes vitales.

La primera de ellas, capital, es la de responder con rapidez y con aplomo a las preguntas que nos hagan. Que no nos vean titubear. La imagen de una persona dubitativa a la hora de responder a una pregunta no es “publicitariamente buena” para dicha persona. Hay estudios que demuestran que las personas no valoramos tanto la respuesta correcta como la respuesta rápida y dada con seguridad. El aplomo y la seguridad al contestar, aunque pueda parecer sorprendente, se valora más que una respuesta más lenta y matizada. Las percepciones sociales funcionan así.

El segundo consejo para potenciar el carisma tiene que ver con la gesticulación. Apoyar lo que decimos con nuestra gestualidad ayuda a proyectar una imagen carismática. Además, un mensaje reforzado con los gestos de las manos perdura más en la memoria del oyente que un mensaje dado sin dicho apoyo gestual. Los movimientos, eso sí, no pueden ser movimientos hechos al azar: deben ser coherentes con lo que se dice. Por otro lado, los gestos con connotaciones negativas deben evitarse. Una buena manera de hacer que nuestro interlocutor se involucre en lo que decimos y sienta afinidad por nosotros es mostrar las palmas de nuestras manos al gesticular.

 

 

El tercer consejo para parecer más carismáticos consiste en utilizar, al hablar, palabras más emocionales. Que nuestras palabras no sean frías. Que sean apasionadas. Que apelen a los sentimientos.

Algo que debemos tener presente si queremos incrementar nuestro carisma es que ser carismático no se basa en intentar por todos los medios que los demás se fijen en nosotros. Al contrario: actuar de ese modo puede resultar absolutamente contraproducente para nuestros intereses. Para ser carismático hay que interesarse por los demás. Los otros nos recordarán más y de una forma más positiva si prestamos atención a sus preocupaciones y a lo que nos cuentan que si dedicamos nuestro encuentro a hablarles de nosotros. En cierto sentido, resulta más eficaz poner coto a nuestro ego que dejarlo campar a sus anchas.

Una vez establecido ese contacto hay que intentar hacer evidente lo que nos une a esa persona. Cuantas más cosas sean, mejor. Los políticos con carisma explotan esto a las mil maravillas.

Para dar una imagen carismática también es importante mostrarse vulnerable. El mostrar nuestras debilidades ayuda a proyectar una imagen humana de nosotros y eso, qué duda cabe, engancha. Mostrar las propias inseguridades no resulta tan negativo como a simple vista podría parecer.

 

 

Sobre el arte de dialogar carismáticamente

 

Otro consejo que queremos darte para que potencies tu carisma y consigas más fácilmente tus objetivos en las relaciones personales es que repitas alguna que otra vez el nombre de la persona con la que estés hablando. ¿Por qué? Porque hay estudios que demuestran que escuchar nuestro nombre hace que se active en nuestro cerebro la parte dedicada al placer. Es decir: cuando decimos el nombre de alguien le estamos provocando placer y eso, por supuesto, es algo de agradecer siempre. Eso sí: cuando emplees este truco para seducir no lo hagas de manera reiterativa y machacona. Como suele decirse, se te vería el plumero.

También se te vería el plumero (y eso no jugaría a favor de potenciar una imagen carismática) si te emplearas en el halago insincero. Los cumplidos que hagas a tu interlocutor deben ser honestos. A la gente le gusta que reconozcan sus méritos y a que le halaguen sus esfuerzos. Reconocer honrada y sinceramente en los demás eso mejora nuestra imagen ante ellos y potencia la idea que ellos puedan tener de nuestro carisma.

Otra buena manera de mejorar esa imagen ante los demás es mostrar sentido del humor y, sobre todo, demostrar con actos que sabemos reírnos de nosotros mismos, que sabemos relativizar nuestra importancia y que estamos predispuestos a no sobredimensionar nuestra valía.

 

 

Finalmente, el último consejo que queremos dar para fortalecer el carisma tiene que ver con el sentido del tacto. Hay que tocar más y, sobre todo, mejor a los demás. Un leve roce en el brazo con la punta de los dedos basta para multiplicar la conexión emocional entre las personas que conversan. Eso sí: hay que tener presente que el empleo de este truco puede resultar arriesgado. Hay que saber dónde están los límites y hay que distinguir a las personas que, por motivos culturales o, simplemente, personales, son reacias al contacto físico. Un contacto inapropiado o a destiempo provoca rechazo. Y hay zonas, por supuesto, que no deben ser tocadas. Si deseas emplear este truco para parecer más carismático hazlo en contadas ocasiones y en la zona que va desde la parte superior del brazo hasta el hombro.

Como ves, no es necesario ser especialmente extrovertido para potenciar nuestro carisma. Pon en práctica los consejos que te hemos dado y ya verás cómo tu imagen resulta más carismática y te resulta más fácil ligar.