Dudas a la hora de escribir
Hay una duda de la página en blanco de la que se ha hablado mucho a lo largo de la historia. Ésa es la duda del escritor que debe rellenar esa página de palabras que, puestas una detrás de otras, atrapen a un posible lector y le aten a lo que en esa página se cuente. Los propios escritores han hablado de esa duda lindante con el terror más angustiante y castrador. Una especie de suplicio por el que hay que pasar si uno quiere aventurarse por los subyugantes caminos de la creación. Quien más quien menos de estos escritores acaban hablando de transpiración, de trabajo, de cabezonería, de esfuerzo. Rechazan el concepto de inspiración y recalcan el de insistencia y oficio. Sólo con oficio y esfuerzo se vence ese vértigo de la página en blanco y se avanza hacia el destino esperado.
¿Y si la superficie que debe llenarse de palabras es otra, más reducida que aquella que el narrador debe llenara? ¿Y si ese espacio es la pantalla de un móvil y, la longitud de las palabras que en ella se escriba, una puesta detrás de la otra, debe caber en un WhatsApp o en un mensaje? ¿Y si esas palabras deben estar destinadas a atraer la atención erótica de una persona por la que sentimos cierta atracción? ¿Qué sucede entonces? ¿Podemos hablar de miedo a la pantalla en blanco? ¿Podemos hablar de dudas? Por supuesto. Quien desea escribir un primer mensaje para ligar y enviarlo por alguno de los medios anteriormente indicados debe enfrentarse a una serie de dudas que pueden hacer que la acción de escribir ese texto se convierta para él en algo especialmente angustiante.
Qué poner y no poner en el primer mensaje
¿Qué poner? ¿Qué tono usar? ¿Cómo no quedar ni demasiado soso ni demasiado atrevido? Éstas son algunas de las preguntas que puede hacerse y pueden angustiar a quien quiere enviar un primer mensaje para ligar. Como sucedía en el caso del escritor, el oficio es importante y la experiencia, un buen número de grados. Pero antes de adquirir ese oficio hay que poseer unos conocimientos teóricos mínimos que permitan saber qué puede hacerse y qué no.
Esos consejos son los siguientes:
- El primer mensaje para ligar debe ser enviado en las primeras 24 horas. En ese tiempo, el chispazo del conocimiento cara a cara puede permanecer vivo. Si transcurre mucho tiempo, ese chispazo puede diluirse. Y puede ser que otro se adelante. En esto de la seducción, el que no corre, vuela. Buscar un punto de contacto con lo vivido en esa noche es buena manera de intentar abrir un hueco por el que entrar en un territorio de mayor confianza.
- Intenta hacerte un retrato-robot de la chica y, en función de ella, busca el tipo de frase que vas a utilizar en ese primer mensaje para ligar. Si es tímida, no la avasalles con un exceso de extraversión. Si tienes dudas, sondéala de manera más o menos discreta. Intenta averiguar si está disponible o no y, si lo está, si puedes tener opciones.
- No utilices fórmulas manidas ni frases hechas. A las personas nos gusta sentirnos especiales y que nos regalen una frase hecha no es la menor manera de resaltar nuestra individualidad ni nuestro carácter especial.
- No escribas muchos mensajes cortos y seguidos cuando envíes el primer mensaje para ligar. Esa manera de comunicarse transmite ansiedad. En el dating, el toma y daca de frases es fundamental.
- No intentes ser poeta. Si lo intentas, es fácil que te conviertas en empalagoso. El empalago no cuenta positivamente nunca, menos todavía a la hora de seducir a una desconocida.
- El primer mensaje para ligar debe ser escrito correctamente, es decir, sin faltas de ortografía y con una composición sintáctica correcta. Las abreviaturas, las onomatopeyas, los emoticones y los signos de admiración son herramientas propias de la comunicación entre personas que tengan una cierta relación y trato. Se desaconseja emplearlas en los momentos iniciales de la relación, justo cuando dos personas se acaban de conocer.
- El primer mensaje para ligar puede recoger un toque de humor, pero ese humor no debe ser excesivo. Piensa que todavía no conoces del todo bien a la persona a la que estás dirigiendo tu mensaje y que ella tampoco te conoce a ti. Si te excedes en el uso del humor, ella puede tomarte por lo que no eres (¿un payaso?, ¿un cabeza loca?, ¿un tío incapaz de mantener una relación seria?) y formarse una idea equivocada de ti.
- Si tu primer mensaje para ligar no es contestado, no insistas. No hay que dar la brasa ni tampoco enviar mensajes en los que se intente recurrir al victimismo. El chantaje emocional no funciona como argumento seductor.
Una vez tenidas en cuenta todas estas advertencias, ya sabes: medita y lánzate a la aventura de escribir tu primer mensaje para ligar.