Son muchos los autores que afirman que detrás de todo intento de ligar se esconde, en el fondo, una estrategia pura de marketing. Según estos autores, y entendiendo el marketing como el conjunto de técnicas y estudios que tienen como objeto la mejora de la comercialización de un producto, al intentar ligar lo que estaríamos haciendo en puridad sería algo así como usar un conjunto de técnicas para mejorar la comercialización de un producto que no sería otro que el de nuestro propio yo. Es decir: al intentar seducir a una persona estamos poniendo en práctica una forma muy particular de marketing. En este artículo vamos a recoger una serie de leyes fundamentales del marketing y vamos a comprobar cómo pueden aplicarse, directamente, al arte de la seducción.
Las leyes que vamos a recoger en este artículo y que provienen directamente del mundo del marketing han sido recopiladas por los expertos en marketing Al Ries y Jack Trout. Ellos son los autores de la obra The 22 Immutable Laws of Markerting (Las 22 leyes inmutables del Marketing). Es de esa obra de donde hemos extraído todas las leyes del marketing que se pueden aplicar al arte de la seducción y que vamos a destacar aquí.
Las leyes de marketing que pueden servir para ligar son las siguientes:
- Ley del liderazgo. El primer amor siempre es el primero. Para lo bueno y para la malo. Siempre se realiza alrededor suyo una especie de mitificación. Intentar ser el primero es, claro, un sueño casi imposible, en especial cuando se sobrepasa una cierta barrera de edad. En verdad, en verdad, más allá de la adolescencia sirve de poco intentar ser el primero, sobre todo en tiempos como los actuales en los que tanto hombres como mujeres somos precoces en el establecimiento de relaciones sentimentales/sexuales. Para ligar con las leyes del marketing, pues, acostumbra a resultar mucho más útil fijarse en otras leyes que no sean la del liderazgo.
- Ley de la categoría. La inmensa mayoría de las personas acostumbramos a tener algún territorio virgen. Una ley de marketing para ligar sería, una vez que se torna imposible la aplicación de la ley del liderazgo, intentar ser el primero en hollar ese territorio que aún no ha sido pisado. Ser el primero en compartir piso, por ejemplo. O, si no se llega hasta ese extremo, sí el primero en emprender determinadas aventuras. Acompañarla en un viaje que ella hubiera soñado y no hubiera podido realizar, por ejemplo, sería una buena manera de aplicar la ley de la categoría.
- Ley de la percepción. Esta ley del marketing aplicada a la seducción se resumiría en una frase: utilizar toda la publicidad subliminal y todos los trucos de la seducción para que la persona a la que quieres conquistar piense que eres verdaderamente único e irrepetible. Si esa persona tiene esa percepción de ti, te emplazará en un lugar preferencial y apartado en todo caso de ese estante en el que apila todos los “productos” que le parecen absolutamente iguales e intercambiables.
- Ley de la concentración. Para ligar siguiendo las estrategias del marketing hay que crear en la mente de la persona a la que quieres seducir una especie de relación entre “algo” y tú. Ese algo del que hablamos puede ser una canción, un film, un gesto, un mote, una palabra que señale un cierto nivel de complicidad entre vosotros. Cuando esa persona a la que deseas seducir escuche, vea o sienta ese “algo”, inevitablemente pensará en ti porque ese “algo” le remitirá directamente a ti. Es decir: ese “algo” hará que tú estés presente en su pensamiento. Y eso, no lo olvidemos, es muy importante cuando se va a ligar. Sin estar presente en el pensamiento de alguien es imposible seducir a ese alguien.
- Ley de la exclusividad. Esta ley del marketing, que podemos aplicar tranquilamente al arte de la seducción, guarda relación directa con la ley anterior. Ese “algo” que debe servir de enlace entre nosotros y la mente de la persona a la que deseamos seducir debe ser absolutamente original. Es decir: no compitas con gente de su círculo íntimo (familiares, amigos, antiguos amantes) por apropiarte de una imagen que ellos ya hayan utilizado antes y que les haya resultado exitosa.
- Ley de la perspectiva. Esta ley del marketing que podemos aplicar al arte de ligar habla de planificación. Las técnicas a nuestro favor no pueden emplearse de golpe. Nuestras armas deben ser desplegadas poco a poco. Solo desplegándolas poco a poco podremos comprobar las reacciones de la persona a la que deseamos conquistar.
- Ley de la escalera. Estar en una escalera implica, siempre, estar en una posición más o menos elevada. Según esta regla del marketing que podemos utilizar para ligar, es importante, siempre, saber qué posición se ocupa respecto a la persona que se desea conquistar. Una vez asumida dicha posición (que puede ser de amistad, de simples conocidos, de compañeros de trabajo…) actuaremos en consonancia con ella desplegando todos nuestros encantos y utilizando algunos de los trucos sobre los que venimos hablando reiteradamente en nuestra web.
- Ley de lo opuesto. ¿Cómo podríamos resumir esta ley básica del marketing para ligar? De un modo muy sencillo: no compitamos por dar a la persona que queremos conquistar algo que ya le dan y que le gusta mucho. Para intentar seducirla, busquemos algo que contraste con aquello y que, al mismo tiempo, pueda resultarle, quizás por el mero contraste, especialmente atractivo. Un ejemplo: si queremos cocinar un plato para ella para destacar así nuestras dotes culinarias, no le hagamos el plato que su madre le hace y que tanto le gusta. Entrar en esa competición no tiene sentido pues el empate es, ya de por sí, un resultado ilusorio.
- Ley de la dualidad. Esta ley del marketing que se puede aplicar al arte de ligar se resume en una frase: ¡ojo con la competencia! La competencia siempre está al acecho. Y la competencia siempre desea lo mismo que deseamos nosotros: colocar su producto. Por eso no hay que perderla de vista y por eso hay que perfeccionar nuestra técnica y emplear todos los métodos a nuestro alcance para vencerla.
- Ley de los recursos. Intentar ligar implica, en todo momento, eludir la rutina. Hay pocas cosas peor que la rutina a la hora de conquistar a una persona. Por eso hay que tener la imaginación bien engrasada y por eso, también, no hay que dejar de ejercitarla nunca. Evitar la monotonía e intentar sorprender es una de esas reglas básicas del marketing que pueden ser aplicadas al arte de la seducción.
Finalmente, vamos a reseñar la que sería la 11ª ley del marketing destacada por Al Ries y Jack Trout y que sería la llamada ley de la extensión en línea. ¿En qué consiste dicha ley? En tener presente en todo momento que para intentar conquistar a una persona puede ser de gran utilidad el conquistar también a familiares y amigos. En muchas ocasiones, esta conquista es previa a la de la persona que en verdad nos interesa. Entrar como de puntillas en su círculo y ganarse en él la fama de una imagen positiva es una buena táctica para facilitar ese acercamiento que, al final, posibilite la conquista.
Al Ries y Jack Trout destacaron otras once leyes de marketing que también pueden ser aplicadas al arte de la seducción. De esas otras once leyes hablaremos en nuestro próximo artículo de Objetivo Ligar.