La comunicación es fundamental el cualquier proceso de seducción. Lo hemos destacado en más de un artículo. Saber comunicarse forma parte de lo que se conoce como habilidades sociales. En nuestro artículo “Las habilidades sociales” definíamos a éstas como “el conjunto de conductas que, de manera conjunta e interrelacionadas entre ellas, nos permiten interactuar y relacionarnos con los demás de manera satisfactoria y efectiva”. Una vez dada la definición, hacíamos un pequeño listado de las habilidades sociales y destacábamos entre ellas la de saber escuchar.
Si no sabemos escuchar a los demás difícilmente podremos establecer con ellos una comunicación eficaz y, por tanto, difícilmente podremos seducirlos. Pero escuchar a los demás “de verdad” no es fácil. De hecho, no son tantas las personas que saben hacerlo. Dominados por nuestro ego y por nuestra necesidad casi enfermiza de destacar sobre los demás, queremos hablar y que nos escuchen, pero no nos planteamos que el otro, con toda probabilidad, desea lo mismo que nosotros. Escucharle se convertiría, pues, en el primer paso a dar a la hora de intentar seducir a ese otro. Sintiéndose escuchado, el otro nos tendrá en cuenta y valorará positivamente.
La diferencia entre oír y escuchar
Toda persona que desee comunicarse con los demás de manera efectiva debe saber distinguir entre lo que es oír y lo que implica escuchar. Oír es, simple y llanamente, captar mediante el sentido del oído los sonidos que nos rodean. Escuchar, por su parte, implica un esfuerzo y una intención. Se escucha porque queremos escuchar. Se escucha porque dedicamos nuestra atención y todos nuestros sentidos a ello.
Sin duda, es mucho más sencillo oír que escuchar. Oímos como respiramos, de manera natural. Escuchar, por el contrario, no es algo natural ni automático. Para escuchar debemos querer hacerlo. Es un acto fruto de nuestra voluntad. El fruto de esa voluntad es lo que se conoce como escucha activa, y los auténticos seductores la dominan a la perfección.
Consejos para aprender a escuchar
Interrumpir a los demás cuando hablan es una muestra de falta de educación y, aún sabiéndolo, somos muchos los que lo hacemos. Esto pervierte los diálogos y los convierte en una mera sucesión de monólogos yuxtapuestos.
Muchas personas, al participar en una conversación, dedican el tiempo durante el que el otro está hablando no tanto a escucharle como a elaborar el propio discurso. ¿Es eso conversar de verdad? ¿Es eso, en verdad, comunicarse? Así, para establecer una comunicación verdadera, lo que debemos hacer, antes que nada, es acallar nuestra voz interna, ese diálogo que mantenemos con nosotros mismos elaborando lo que vamos a decir cuando el otro calle e incluso, a veces, un poco antes de que lo haga.
Esto, sin duda, no es sencillo. Para conseguirlo debemos intentar dominar nuestro ego. Sin ello, el esfuerzo que implica prestar atención al otro ni podrá realizarse ni tendrá éxito. Además, nuestra participación en el diálogo solo será válida y enriquecedora si hemos escuchado lo que el otro ha dicho, si hemos puesto en práctica esa escucha activa de la que hablábamos anteriormente.
Los trucos de la escucha activa
Para escuchar de manera activa hay que seguir los siguientes consejos:
- Debemos centrarnos en lo que el otro nos dice sin que nos distraigan estímulos del entorno o, como hemos señalado anteriormente, nuestra propia voz interior.
- Debemos intentar comprender los argumentos expresados por la persona con la que hablamos.
- Debemos prestar atención a la comunicación no verbal.
- Debemos evitar en todo momento la tentación de interrumpir al otro.
- Debemos entrenar nuestra paciencia para, así, poder escuchar al otro.
Si ponemos en práctica los aspectos señalados, podremos escuchar a los demás atentamente. Cuando lo hagamos, ellos lo captarán y eso les hará sentirse valorados, lo que ayudará a crear un clima de confianza entre las dos partes. Sintiéndose así, es más fácil abrirse a los demás, lo que en el terreno de la seducción resulta fundamental.
Para acceder al corazón de una mujer hay que saber escucharla. Escuchándola estamos abriendo la puerta para que entre los dos se establezca una corriente comunicativa que puede llevarnos a su conquista. Si deseas convertirte en un experto seductor, ejercítate en el saber escuchar a los demás. Eso no solo te resultará de gran ayuda a la hora de conquistar a una mujer, también ayudará a crear un mundo más solidario y, por tanto, mejor.