El poder de lo subliminal
Bajo el umbral de la conciencia. Ahí es donde se ubica lo subliminal. Cuando se habla de un estímulo subliminal se habla, pues, de algo que no es percibido… de forma consciente. Es decir: de algo que llega a nosotros sin que nosotros tengamos conciencia de que ha llegado y que, de un modo u otro, acaba influyendo en nuestra conducta.
Los mensajes subliminales se diseñan y envían con la intención de que el receptor reciba ese mensaje sin saber que lo ha recibido. O sea: de que lo reciba de una manera inconsciente. Lo que se procura con ello es que ese mensaje, aunque la conciencia no llegue a advertirlo, quede, de alguna manera, grabado en la memoria.
Hablar de mensajes subliminales implica, habitualmente, hablar de publicidad. Se dice que la publicidad ha recurrido en más de una ocasión al uso de mensajes subliminales, aunque lo cierto es que la mayor parte de las legislaciones penalizan el uso de mensajes subliminales en la práctica publicitaria. Con el uso de mensajes subliminales, lo que la publicidad ha perseguido habitualmente es crear en el consumidor una determinada necesidad. Eso mismo es lo que nosotros, aprendices de conquistador, pretendemos inocular en la persona a la que queremos seducir: la necesidad de estar con nosotros, la necesidad de caer en nuestros brazos, la necesidad de convertirse para nosotros en algo más que amigas.
Convertirnos en alguien especial para ella sin que ella lo note. Que se sienta extrañamente interesada por nosotros. Que empiece a buscarnos sin que sepa muy bien por qué. Todo esto es lo que pretendemos conseguir aplicando técnicas de seducción subliminal. ¿En qué se basa el éxito de dichas técnicas? ¿Cómo ponerlas en práctica? Siguiendo los consejos que vamos a reseñar en el próximo apartado.
Consejos para seducir subliminalmente
Si deseamos seducir de una manera subliminal a una persona debemos aplicar una serie de técnicas o trucos. La mayor parte de estas técnicas están basadas en el conocimiento de la psicología del ser humano estándar, ése que valora el sentirse a gusto junto a otra persona y valorado y deseado por ella.
El primer requisito que debe darse para seducir a una persona es que, en nuestra presencia, esa persona se encuentre a gusto. Sin que una mujer se sienta bien con nosotros es muy difícil conquistarla. Para alcanzar ese objetivo (que esa mujer se sienta bien) resulta muy útil el expresarle hasta qué punto nosotros nos sentimos a gusto con ella. “Siempre sabes hacerme reír”, “en ti puedo confiar” o “compañías como la tuya siempre son agradables” son frases que, por ejemplo, pueden resultar muy apropiadas cuando se desea aplicar una técnica de seducción subliminal.
Otra técnica de seducción subliminal que puede resultar muy útil es la de hacer que esa persona a la que vamos a intentar conquistar se sienta deseada. ¿A quién no le gusta sentirse deseado? ¿Quién no siente su autoestima positivamente estimulada cuando se sabe valorado físicamente? Para que cumpla con los requisitos que impone lo subliminal, el halago no puede realizarse de una manera directa. Podemos servirnos de una tercera persona para decir, por ejemplo, que esa tercera persona busca o necesita a alguien, precisamente, como a la persona a la que queremos conquistar y con quien estamos usando nuestras técnicas de seducción subliminal. Esa sería una buena manera de poner sobre el tapete una serie de halagos que, de manera directa, revelarían su intención de un modo en exceso evidente.
A la hora de poner en práctica una estrategia de seducción subliminal debemos tener siempre presente una cosa: que ninguna técnica de seducción subliminal tendrá éxito si no se sirve de dos aliadas imprescindibles, la mirada y la sonrisa. Lo hemos visto en más de un artículo de nuestro blog. Sonreír es capital para seducir. Es difícil seducir a nadie llevando como estandarte un gesto hosco. Una buena sonrisa, apoyada en una buena manera de mirar, es la mejor manera de seducir subliminalmente a una persona. La combinación de mirada y sonrisa debe servir para reflejar una imagen amigable y positiva. Esa imagen, no lo olvidemos, es la mejor tarjeta de presentación cuando queremos seducir a una persona. En nuestro artículo “La postura corporal y la mirada en el ligue” te damos una serie de consejos para que sepas cómo utilizar tu mirada cuando quieres seducir a alguien. Aplicar los consejos recogidos en dicho artículo es una de las mejores maneras de mejorar en la aplicación de las técnicas de seducción subliminal.
Otro truco a tener en cuenta a la hora de aplicar las técnicas de seducción subliminal es el de saber cuándo y cómo se puede interferir en la burbuja espacial de la otra persona. Todos tenemos un espacio personal y a todos, en mayor o menor medida, nos molesta que invadan esa esfera personas que no son de nuestra más estrecha intimidad. Por eso hay que ser muy cuidadosos al invadir la esfera de la persona a la que queremos conquistar. Por eso hay que hacerlo subliminalmente, como si fuera por casualidad, sin molestar, casi, casi sin que se note que hemos entrado en esa burbuja, que la hemos invadido, que, en cierta manera, empezamos a ser parte de ella. Tomar ligeramente el brazo de la persona a la que se desea seducir subliminalmente cuando se va por una calle muy transitada puede ser una manera. Enseñar cualquier cosa que tengamos en el móvil para, con esa excusa, colocarnos a su lado; otra. Se elija el modo que se elija, para que esta técnica de seducción subliminal surta efecto es necesaria una cosa: que estemos completamente tranquilos en el momento de hacerlo y, por supuesto, que lo hagamos de una manera natural, sin artificiosidad.
Compartir tiempo con la persona a la que queremos seducir es fundamental para que nuestro objetivo de seducción se cumpla. Pero para que ese tiempo “pese” positivamente y juegue a favor de nuestro objetivo debe cumplirse un requisito: que ese tiempo que pasemos con la persona a la que deseamos seducir sea un tiempo de calidad. Dar calidad al tiempo compartido es una inmejorable estrategia de seducción subliminal. Divertirse al máximo y compartir experiencias agradables es la mejor manera de mantener la comunicación viva (sin comunicación no es posible la seducción) y para aumentar el interés que esa persona pueda sentir por nosotros.
Finalmente, para seducir subliminalmente a una persona hay que prestar atención a los pequeños detalles que nos ayudan a saber cuáles son sus gustos, qué cosas le hacen gracia, a qué sitios y de qué estilo le gusta acudir, cuáles son sus hobbies… Para saber eso es necesario establecer lazos de comunicación con esa persona y, sobre todo, escucharla cuando habla. Lo hemos comentado en más de un artículo de nuestra página: es fundamental saber escuchar a la persona a la que queremos seducir. Si le prestamos atención o no cuando habla es algo que la otra persona acostumbra a percibir y, no lo olvidemos, a todos nos gusta que nos presten atención. Atender a la persona a la que queremos conquistar es, pues, una técnica imprescindible para seducirla de un modo subliminal.