Hoy vamos a probar con cosas nuevas: tocar otros lugares, primero juntos … después separados y la conciencia del cuerpo.

TOCAR OTROS LUGARES

Toda persona llega a conocer el cuerpo de su pareja y los mejores lugares dónde se le puede dar placer. Con el tiempo, ambos conyugues tienden a olvidarse de las zonas del cuerpo de su novio/a que no son puntos erógenos. Al principio de cada relación, se presta atención al cuello, a los brazos, a las orejas, a la parte posterior de las rodillas y a todos esos lugares tan deliciosos y apetecibles. Solías trabajar más tiempo en ellos para llegar hasta el evento principal, la culminación del placer, la creación del deseo. He aquí una manera muy apetecible de volver atrás en el tiempo y recrear, así, las sesiones lujuriosas de antaño. La próxima sesión de sexo que tengáis, coméntale que acaricie o bese todas las partes del cuerpo, excepto los puntos calientes. Que se dedique a mordisquear partes de tu cuerpo olvidadas por el tiempo.

Mi amor, ¿recuerdas aquellas primeras sesiones de amor en las que nuestras manos y bocas exploraban nuestros cuerpos enteros, en busca de un placer inigualable y, cuando estábamos excitados acabábamos en nuestras partes más íntimas? La anticipación era la clave para aquellas sesiones, no había una rutina hecha, nada era automático. Vamos a rememorar aquellos tiempos, ahora voy a empezar yo a recorrer con mi lengua todo tu cuerpo, investigando … hasta que no puedas más y así acabaré dónde más te gusta.

PRIMERO JUNTOS, LUEGO SEPARADOS

La variedad es la sal de la vida. Pero en el sexo, a menudo, caemos en la rutina. La próxima vez que estéis excitados, separaos y utilizar vuestras propias manos para continuar dándoos placer, mirándoos y observando el placer de la pareja, escuchando los gemidos e intentar llegar al clímax a la vez, juntos, pero no revueltos, en un mismo lugar, pero separados. De esta manera, conseguiréis algo diferente: masturbaros uno en frente del otro. La emoción visual es increíble, mientras que el placer que os deis, juntos pero separados, conseguirá que sea una noche muy memorable.

La masturbación es, en general, algo solitario y algo que haces en privado. Pero la sensación de compartirla será muy provechoso y os puede uniros mucho más.

Esta noche vamos a hacer algo juntos, vamos a compartir algo, que normalmente, hacemos en privado. Empecemos juntos a besarnos, a tocarnos, a excitarnos y, cuando estemos calientes nos separaremos y nos masturbaremos unos en frente del otro. ¿Qué te parece, mi amor? Quiero compartir nuestros secretos más intrigantes.

LA CONCIENCIA DEL CUERPO

A menudo estás desnuda por la casa y, por supuesto, tu pareja te ha visto. Incluso después de mucho tiempo, puede haber un poco de auto-conciencia, ya que ninguno de los dos es perfecto. Puede ser que te guste competir con mujeres de revistas o de televisión en el que él se queda perplejo y con cara de embobado. Esta noche plantéale un reto: en el dormitorio, con la luz tenue y desnudos tendréis que tomaros el tiempo necesario para explorar vuestros cuerpos: descubrid partes que hacía tiempo teníais olvidadas. La parte de atrás del cuello, la planta de los pies, la parte de separación de los dedos, la curva de la cintura. Cada vez que le acaricies alguna parte desconocida de su cuerpo, dile que cierre los ojos y que sienta tus dedos acariciando esa parte de su cuerpo.

A menudo, amor, vemos a gente desnuda en la tele, en revistas y nos vemos a nosotros mismo con todas las imperfecciones que el tiempo nos ha marcado. Esta noche, en la habitación, vamos a usar los dedos de nuestro cuerpo y vamos a acariciar partes de nuestro cuerpo que nos gustan. Tú me dirás que es lo que te gusta de tu cuerpo, cerrarás los ojos y sentirás como llegan mis manos y notarás como mis dedos juegan con esa parte de tu cuerpo. Luego, haremos a la inversa. ¿Te parece bien? Vale que nuestros cuerpos no son de modelo, pero tu cuerpo me atrae demasiado.