Esta noche voy a hacer las tareas domésticas con los pechos al aire, luego recordaremos y con las manos quietas, nos acariciaremos. Te doy a escoger la lencería que quieres que lleve.

CON LOS PECHOS AL AIRE

Esto es una verdad como una casa, los hombres son visuales, les gustan mirar: sobretodo los pechos. El comercio es amplio sobre esta cuestión: clubs de striptease e infinidad de revistas en dónde las chicas enseñan sus senos. Pero los pechos que más les gustan son los de su mujer. Muchas veces al día piensan en ellos y serían felices viéndolos cuando se plantan en su imaginación. Aunque no te parezca erótico o emociónate, piensa que tu hombre estaría encantado de que hicieras topless durante momentos en los que no hay sexo. El fantasea con un topless mientras cenáis, o mientras veis la televisión juntos o en algún otro momento del día. Hoy, ofrécele ese espectáculo visual.

Quiero que disfrutes de mis pechos, así que vamos a hacer una cosa: me voy a desnudar de cintura para arriba, pero no pienses en el sexo, por favor. Creo que será una experiencia positiva y sé que te gustan mis pechos. Te voy a servir la cena con los senos al aire, luego nos sentaremos en el sofá para ver la televisión. Te quiero dar placer visual, pero quiero que me hagas saber que más revolotea por tu mente.

RECORDANDO

Algunas de estas notas te ayudaran a seguir adelante en vuestra relación de pareja. Vamos a echar el tiempo atrás. Hay que recordar el cortejo previo, ese cortejo que ya se quedó atrás, junto a la anticipación y la emoción que le acompañaba a esos primeros momentos. ¿Cuándo fue la última vez que coqueteasteis sin acabar en la cama? Por lo tanto, sugiérele a tu pareja, fuera de las cercanías de la cama, que os halaguéis y os toquéis sin que eso, acabe en sexo o en la cama. Tratad de recordar ese primer momento en qué estuvisteis juntos.

Recuerdo nuestros primeros pasos en dónde los besos y los tocamientos hacían que nuestros cuerpos nuestros cuerpos aún no se conocían desnudos, pero ardían de pasión el uno por el otro. Vamos a volver atrás, en el tiempo. Vamos a reencontrar ese momento en el sofá, o en una terraza de un bar, o en el asiento trasero del coche. Nos besaremos apasionadamente, vamos a buscar ese momento en que nos deshacíamos en besos.

SIN LAS MANOS

Vamos a realizar un desafío para los dos, un desafío agradable e imaginativo. La próxima vez que hagáis el amor, hacedlo usando todas las partes del cuerpo excepto las manos. Cambiaréis la rutina en vuestra vida sexual y, a la vez, tomaréis conciencia de las posibilidades que se encuentran en otras partes del cuerpo: así daréis un poco de diversión y ejercitaréis la imaginación.

Hola amor, te voy a desafiar esta noche en el tema sexual. Vamos a tener una maravillosa aventura sin usar las manos, las posibilidades son infinitas. Te puedo acariciar con mi pelo, con mis pechos, puedo hacerte un masaje con los glúteos, puedes hacerme cosquillas en la espalda con tu nariz, acariciar mis posaderas con tus pies, mimar tu pene con mis pezones erectos. Nuestros labios y lenguas van a estar muy ocupados, igual que nuestra imaginación. Lo único que no vamos a usar son las manos.

VAMOS A PARAR

Hay veces que, durante el acto sexual, os gustaría frenar para prologar vuestra relación y para recuperar el aliento. En cualquier caso, el objetivo es intensificar la noche y hacerla más emocionante. Podéis reducir la velocidad e intensificar la experiencia, al mismo tiempo. La próxima vez que hagáis el amor, parad y hacer un descanso. Sentaos uno en frente del otro y utilizad el placer visual de dos cuerpos sedientos de placer. Tras esos precisos instantes, continuad con la faena. Veréis que experiencia.

Mi amor, a veces nuestra vida sexual no parece ser suficiente. La próxima vez, cuando estemos en pleno acto, te voy a pedir algo: que pares. Luego nos sentaremos a disfrutar de nuestros cuerpos sedientos y a tocarnos. Un descanso breve y placentero, antes de que nuestros cuerpos retomen a sus zigzagueos.

ROPA INTERIOR

A los hombres les encanta la ropa interior. Tiene mucho interés en tu ropa íntima, aunque no te lo diga. Para un hombre la idea de comprar ropa interior, no le apasiona demasiado por la complejidad y la confusión. Después, se preguntará si a ti, te gustaría y, luego, se volverá loco con los tamaños y tallas. Ayúdale y dale tus medidas y a esperar a ver lo que te trae, seguro que es divertido.

Hola amor, sé que te gusta mi lencería íntima y es por eso que quiero darte las tallas de mi ropa interior y, así, puedas comprarme ropa sexy a tu gusto. Aquí todo lo que necesitarás: la talla del sujetador, de las bragas, del liguero y las medias, del tanga, etc. A ver lo que me escoges, cariño.