Impulsos sociales.
Algo que se suele pasar por alto en las artes sociales, pero de una gran importancia, es la construcción de impulso social. El impulso social es la electricidad que da energía y pone en marcha la socialización de una persona. Piensa en ello como el calentamiento.
Cuando alguien se pone en la línea de salida en una carrera, sin haber calentado antes se agotaría, se podría caer y nunca daría el máximo de él. Así que es mejor estirar, calentar motores antes de cada cursa y, de esa manera, el cuerpo ya se va habituando y podrá correr mucho mejor.
Al igual que una estrella en la pista, principiantes sociales y estrategas sociales por igual, tienden a necesitar un impulso social a la función a su nivel más alto en la socialización. Existen diferentes tipos de impulsos sociales. Al comenzar en una quedada de amigos, todos están muy relajados y tranquilos, pero a las dos horas ya están bromeando y riéndose. Si se llega tarde a la reunión, tendrá que ponerse al día ya que el resto ya está completamente integrado. Mientras el resto ya está socializando, el nuevo tendrá que comenzar a construir una ventana entre aquellas paredes para poder entrar.
El tipo de impulso social que va a ser importante para nosotros será el conocer gente nueva, y en particular, a nuevas chicas. El otro tipo de impulso social es el calentamiento preliminar. ¿Has visto que los jugadores sentados en el banquillo protegen sus músculos por si van a sustituir a alguien, antes de calentar en la banda? Ellos saben que una vez han calentado, sólo tiene que mantener ese calor en el cuerpo. Impulso social es exactamente igual. Si quedas con una nueva mujer y pasas un buen rato con ella, después vas a tomar algo pero no te relacionas con nadie más, descubrirás que luego te costará socializar con alguien más, se habrá enfriado. Su impulso social se ha disipado, tendrás que construir uno nuevo, otra vez.
También puede ocurrir tras exposiciones largas sin hablar con nadie. Digamos que conoces a una chica que te gusta y estás hablando con ella durante horas. Tras un rato largo, te dice que se va e intercambiáis números de teléfono. Se marcha y vas a buscar otra mujer. Pero es entonces cuando te das cuenta de que el impulso social ha desaparecido, no has conocido a nadie nuevo durante horas. Vas a tener que reconstruirlo.
La pérdida de impulso social no siempre se puede evitar, especialmente si tiendes a entrar en conversaciones largas con nuevas amistades. Pero ten en cuenta que no hay nada de malo con una disminución en el impulso social, después de una larga conversación. Lo único que tienes que tener en cuenta es que tendrás que construir uno nuevo.
Podríamos clasificar los principales aspectos de la construcción y el mantenimiento del impulso social de la siguiente manera:
– Comienza temprano. Cuanto antes comiences en conocer nuevas mujeres, más tiempo tendrás que calentar para ser socializado y cuanto más éxito tengas, mejor.
– Continuar para satisfacer nuevas mujeres. Si te encuentras con alguien que realmente toma interés por ti, pon todos los medios para llegar a conocerla. Pero hasta que encuentres esa mujer, continúa moviéndote y conociendo a más chicas. Cuantas más mujeres se crucen por tu camino, el impulso social será mayor, y mayor serán tus posibilidades.
– Darse cuenta de que el impulso social puede desaparecer. A veces, los chicos que no quedan con chicas, no saben lo que pasó. Lo que ellos no se dan cuenta que no es por ellos, a menudo es qué han perdido el impulso social y no se han dado cuenta de que tienen que construir uno nuevo, de la misma manera que lo hicieron en un principio.
La primera vez que me di cuenta de mi impulso social, estaba de vacaciones y triunfe durante varias noches seguidas. Fue una experiencia inédita, para mí, en esos momentos. Mirando hacia atrás, pensaba en las veces que no había conseguido nada con las chicas hasta ese momento. La razón no fue suerte, fue que yo conseguí trabajar mi impulso social durante noches hasta que conseguí una chica con la que compartir todas las noches siguientes. Sencillamente había dado en el clavo, adquiriendo impulso social cada noche, y luego dejé que me guiara hacía el éxito.