Toda persona desea sentirse bien en pareja. Alguien con poca experiencia vital puede creer que el hecho de tener pareja ya garantiza ese bienestar. Nada más falso. Hay muchas personas que no se sienten bien en pareja. A ellas en especial va dedicado este artículo.

En este post vamos a resaltar hasta qué punto el no estar bien con la media naranja es más culpa de uno mismo que de la otra parte y vamos a dar una serie de consejos básicos sobre algo que a menudo nos pasa por alto y que es capital en las relaciones: el cómo preguntamos al otro, el cómo queremos saber de él.

Dependiendo de cómo preguntamos, así nos percibe el otro.

De todo eso vamos a hablar en este artículo que, como otros de nuestro blog, ahonda en diferentes temas relacionados de forma más o menos directa con la relaciones sentimentales.

Antes de abordar el tema de las preguntas y del cómo preguntar, sin embargo, vamos a ver de qué modo la psicología puede ayudarnos, con alguna de sus terapias, a sentirnos bien en pareja.

Terapia interpersonal

Hace unos años, en 2009, el médico, psiquiatra y ensayista estadounidense David D. Burns editó la obra Sentirse bien en pareja.

Reputado conferenciante y autor de múltiples libros de crecimento personal, autoayuda y desarrollo de la autoestima, Burns defiende la terapia cognitiva interpersonal como instrumento de gran utilidad para transformar en exitosas y felices aquellas relaciones que se muestran problemáticas por naturaleza.

Cuando hablamos de terapia interpersonal o TIP estamos hablando de una terapia estructurada y limitada en el tiempo que, enseñándonos a relacionarnos con los demás, alivia nuestras angustias, nos ayuda a superar nuestras pequeñas (o medianas) depresiones y nos hará más felices.

Esta terapia, orientada a ayudar en todo tipo de relaciones interpersonales, adquiere una importancia capital cuando se habla de la vida de pareja.

Y es que no solo hay que saber conquistar a una mujer. También hay que saber mantenerla a nuestro lado.

¿Cómo hacer sentir bien a una mujer? De muchas maneras. Una de ellas, capital,,es la de no hcer preguntas incómodas o, cuanto menos, innecesarias. De ello vamos a hablar a continuación.

Preguntarse para sentirse bien en pareja

Todos hacemos preguntas y lo que es más importante todavía: todos nos hacemos preguntas. Y esas preguntas que nos hacemos a nosotros mismos son de gran importancia. De alguna manera, ellas estructuran el tipo de pensamiento que podemos desarrollar sobre un tema en cuestión.

No hace falta que recalquemos demasiado que algunos de los mayores avances en el pensamiento humano, la ciencia y el progreso suceden porque la gente se interroga sobre determinadas cuestiones. Algunos avances, además, encuentran su punto de partida en el interrogarse sobre algo que se da por supuesto. De ahí, ni más ni menos, nacen las aportaciones a la ciencia de personas como Newton o Einstein.

Para avanzar en el tema que nos interesa (el de cómo sentirse bien con nuestra media naranja) vamos a olvidarnos de la Teoría de la Relatividad o de las leyes de la gravedad, sobre las preguntas que nos pueden provocar y vamos a interrogarnos sobre un tema tanto o más importante: el de las mujeres.

Pregúntate sobre ellas. De entrada, te diremos que hay una serie de preguntas que, por innecesarias, en nada te beneficiarían y solo servirían para poner en riesgo o entorpecer tu plan de conqusita.

Porque, sincérate contigo mismo, de qué te sirve interrogarte sobre cómo podrías invitarla a salir, sobre qué deberías hacer para que se fijara en ti, sobre dónde deberías llevarla si se decidiera a salir contigo o sobre si tendrías éxito o no.

Hacerte esas preguntas solo te serviría para una cosa: para ver hasta qué punto es grande tu falta de autoestima. Y la baja autoestima en pareja puede ser letal para ésta.

Pregúntate, pues, no sobre tus circunstancias, sino sobre el sexo femenino en general, sobre la mujer como concepto y sobre cómo concibes en tu imaginación que debería ser tu relación con ellas.

Dependiendo de cómo sean esa preguntas generales que te hagas sobre el sexo femenino, así será el concepto que tienes sobre él. ¿Reconoces en tus preguntas un algo de toxicidad, un resto de misoginia, tal vez algún resabio de machismo?

Si es así, interioriza que de nada sirve escondértelo y asume que si limpias ese tipo de pensamiento darás un paso adelante para sentirte bien en pareja.

Consejos para sentirse bien en pareja

Hay una regla máxima de la psicología que dice lo siguiente: nunca podremos sentirnos bien en pareja si no nos sentimos bien con nosotros mismos.

Más allá de esta afirmación, podemos detallar una serie de síntomas que denotan que la felicidad no es completa con nuestra media naranja. Esos detalles son los siguientes:

  • Sentimos una constante necesidad de atención.
  • Tenemos la necesidad de que aplauda todos nuestros actos y palabras.
  • Sentimos miedo ante la posibilidad de sufrir una ruptura.
  • Tenemos sentimientos de posesión.
  • Experimentamos la necesidad de espiar a nuestra media naranja.
  • Tenemos la sensación de que sin esa persona no estaríamos completos.
  • Desconfiamos de ella.

Todo estos síntomas delatan algo muy dañino que lastra nuestras relaciones interpersonales. Ese algo se llama inseguridad. Y ésta se deriva, directamente, de la falta de autoestima.

Que nuestra relación no nos haga sentir bien depende, pues, de nuestros pensamientos y percepciones. Y es sobre ellos y ellas sobre los que debemos intervenir. ¿Cómo mejorar la autoestima?

Para empezar, deberemos realizar un disciplinado y sincero trabajo interno. Deberemos analizarnos sin piedad pero tampoco machacándonos a nosotros mismos. Descubrir nuestras quiebras nos debe servir para repararlas, no para hacerlas más grandes.

El objetivo final es querernos más. O, lo que viene a ser lo mismo: incrementar nuestra autoconfianza. Para ello podemos escoger dos caminos: o el de asumir nuestras fallas o el de intentar corregirlas. Lo que nos debemos hacer es padecer por su existencia.

Para sentirnos bien en pareja debemos también interiorizar que nuestra media naranja nos quiere. Al fin y al cabo, si se mantiene a nuestro lado será por algo, ¿no? No dejemos que nuestra inseguridad y nuestra falta de confianza en nosotros mismos y en el otro dañe ese vínculo.

Finalmente, resaltaremos algo que no debe faltar en ninguna terapia o trabajo de mejora de la autoestima: la paciencia. Hay batallas que no se ganan en una hora. Las importantes, ninguna. Y esta es de las más importantes que puede emprender una persona. No en vano, de su resultado depende buena parte de la felicidad que esa persona puede experimentar.