¿Qué tipo de chico eres?
Hay dos tipos de chicos en lo que respecta a las citas. El primero tipo es el hombre de los chicos y el segundo el hombre de las chicas. ¿Qué queremos decir con esto? Simplemente, que, si excluimos el interés sexual y éste no interviene en la motivación de la cita, hay hombres a los que les gusta quedar con hombres y hombres a los que les gusta quedar con mujeres.
Los primeros, cuando salen, prefieren hacerlo con amigos. Se relacionan mejor con ellos. Valoran más una partida de cartas con los amigos o ver con ellos un partido de fútbol que salir a tomar una copa con una mujer o ir al cine con ella. Este tipo de hombre no es necesariamente homosexual. De hecho, nada tiene que ver su orientación sexual con su elección de un tipo de compañía a la hora de ocupar su ocio. Tampoco tiene nada que ver con ello ningún tipo de sentimiento misógino. Simplemente, prefiere divertirse con hombres que con mujeres. Las mujeres, para este tipo de hombres, quedan reservadas para lo exclusiva o casi exclusivamente sexual.
Junto a este tipo de chico hay otro que, continuamente, anda tras las faldas. Estos chicos acostumbran a pensar continuamente en el sexo. Para ellos, estar con unos amigos viendo un partido o jugando al póker o a la PSP es perder ocasiones de ligar. Por eso están continuamente husmeando en el mercado.
¿Cuál de estos dos tipos de chicos eres tú? Si eres un hombre de hombres, debes plantearte hasta qué punto puede resultar interesante para una mujer un hombre que siempre escoge a sus amigos como compañeros de ocio. Esto, qué duda cabe, puede convertirse en un problema para ti a la hora de relacionarte con las mujeres y ligar con ellas. Si tienes suerte, quizás encuentres a esa chica que ame el fútbol tanto como tú, conozca los últimos fichajes de vuestro club favorito y sepa ver si el equipo está defendiendo bien o si las transiciones entre los centrocampistas y los delanteros son demasiado lentas como para desarbolar la muralla defensiva del conjunto rival. Pero esto, desengáñate, no es tan fácil que ocurra.
O tus amigos o yo
¿Quiere esto decir que no podrás, nunca, encontrar una relación satisfactoria? No. Ni mucho menos. Esto sólo quiere decir que los criterios que una mujer deba cumplir para ser tu pareja serán otros que los que los chicos deban cumplir para ser tus amigos. Y que tú deberás organizar mejor tu tiempo para poder combinar el tiempo para estar con tus amigos y disfrutar de tus ocios y tus hobbies con el tiempo que dediques a ella. Porque que ella pase con sus amigas tanto tiempo como tú con los tuyos y sólo quedéis para practicar sexo es algo hartamente improbable, sobre todo cuando la mujer alcance una determinada edad y tenga entre sus prioridades vitales principales la de conseguir una estabilidad y formar un hogar.
Las mujeres que están preparadas mentalmente para anidar pueden llegar a ser muy posesivas. Este tipo de mujer desea tener a su chico al lado. A menos, claro, que esté trabajando. Este razonamiento no es un razonamiento caprichoso. Tiene un fundamento. Si la mujer desea tener un hijo quiere tener la seguridad de que tú vas a estar a su lado para cuidar de él. Vamos: que no vas a estar esperando a que te entre un as para sacar el póquer de la noche en casa de alguno de tus amigos mientras ella vela el sueño o comprueba la fiebre de vuestro hijo. Si tú estás colgado de tus amigos, ella no querrá colgarse de ti.
Si eres de ese tipo de chicos y conoces a una mujer, sé honesto desde el primer momento. Dile como eres. Y ten claro hasta dónde estás dispuesto a cambiar. Plantéate seriamente cuáles son tus prioridades vitales. Contéstate sin doblez. Casarse y procrear no es ninguna obligación. No hay ley que obligue a ello. La única obligación que se tiene en la vida y la mejor manera de honrar a esa vida es hacer todo lo posible y, lógicamente, sin perjudicar a nadie, para ser lo más feliz que se pueda. Para ello hay que ser sincero con uno mismo. Y actuar en consecuencia. Porque, tenlo por seguro, tarde o temprano la chica de turno te planteará elegir entre ella y tus amigos. De tu habilidad para combinar ambas cosas dependerá el que puedas establecer una relación de pareja sin tener que renunciar de una manera casi implacable a quienes hasta ese momento han sido parte imprescindible de tu vida.