Algo más que una mascota
No sólo es el mejor amigo del hombre, el único ser vivo que siempre te será fiel y que soportará estoicamente y sin recriminaciones que marches de casa por la mañana y lo dejes arrumbado en un rincón, pegado a un cuenco de agua y a un plato de pienso, hasta que vuelvas por la noche y, condescendiente, lo saques a pasear por el barrio para que se alivie en una farola, en un pipi-can o en cualquier esquina en la que nadie que haya decidido saltarse las normativas cívicas haya dejado la huella amarillenta y tóxica de los polvos de azufre. El perro, puesto que de él estamos hablando, es también una mascota que te ofrece la maravillosa oportunidad de ligar.
Romper el hielo no siempre es sencillo. Las personas tímidas se sienten o nos sentimos en más de una ocasión atenazados por la timidez, sin saber exactamente qué paso dar para acercarnos a esa persona que, por un motivo u otro, nos llama la atención y con la que queremos, de alguna manera, llegar a más. Para personas así el perro y sus circunstancias son una perfecta excusa para iniciar una conversación con quien también sea amante de estos maravillosos animales. Para ello, y pese a lo que puedan indicar algunas encuestas realizadas por agencias de búsquedas de pareja, no es necesario poseer un perro de una raza especial para asegurarse el éxito de la intentona de seducción. Es mucho más importante tener presentes una serie de conceptos que salir a la calle con un Labrador o un Pug. Vamos a fijarnos aquí en esa serie de conceptos que hay que tener presentes a la hora de intentar ligar con un perro.
El primero de ellos es el de la higiene y el aspecto que presente tu perro. Por mucho que tú te arregles para salir al parque a ligar con el perro y por mucho que te perfumes, nada de ello servirá si tu perro presenta un aspecto descuidado, de poco aseo y escasa alimentación. No intentes servirte de tu perro para ligar si no lo tienes bien alimentado y limpio y aseado. Los amantes de los perros distinguen rápidamente al perro bien cuidado del que sólo ocupa un lugar secundario en la escala de preocupaciones de su propietario.
Ligar en el parque
Una vez estés con tu perro en el parque, compórtate con él de una manera natural. ¿Qué quiere decir esto? Que no te excuses si, por ejemplo, estás hablando con esa persona que te interesa y tu perro hace sus necesidades. Ni le riñas (por supuesto) ni hagas comentarios del tipo “vaya, lo siento”. Actuar con naturalidad es, en este caso, fundamental para que se establezca empatía entre tú y la otra persona y para que esa persona capte y entienda que amas y cuidas a tu perro de manera conveniente. Actuar con natalidad en este caso es recoger la caquita del perro con la bolsita que hayas llevado a tal efecto.
Una buena idea a la hora de ligar con un perro es llevar algún tipo de chuche con el que premiar a tu perro (aunque sea sin motivo) cuando el perro de la persona con la que quieres ligar esté cerca de vosotros. Al ver que tu perro recibe una chuche, la otra mascota se acercará a ti buscando un premio igual. Gracias a esto conseguirás lo que estabas buscando: que esa persona “especial” se acerque a ti. Ella, el mismo tiempo, te verá como alguien amigable y generoso.
Ése es el momento de comenzar a interactuar con la otra persona, de preguntar si su animal come chuches, de ofrecerle alguno si la propietaria o el propietario del perro lo consiente, de acariciarlo tiernamente, de demostrar con orgullo el afecto que le tenemos a nuestro animal. De ahí a conseguir el teléfono de la otra persona y, así, dejar entreabierta la puerta de acceso a una mayor intimidad sólo hay un paso. Hay encuestas que lo dicen: es más fácil ligar con un perro que sin él.
Por eso, si tienes perro y te encuentras solo o sola ya sabes lo que tienes que hacer: no salgas a la calle con él como si el sacarlo de paseo fuera una tarea derivada de una obligación cargante y desagradable. El paseo con tu perro debe ser un momento único de relax, de disfrutar de la relación con tu mascota y, desde ahora, de activar nuevos incentivos erótico-sentimentales en tu vida.
Por el contrario, si no tienes perro no vayas a comprarlo sólo porque el poseer una mascota perruna sea una buena opción a la hora de ligar. Ligar con un perro está bien, por supuesto, pero el perro debe ser querido por algo más que por su potencial a la hora de proporcionarte ocasiones de ligue. De hecho, sólo así, siendo muy deseado y considerado parte importante de nuestra vida, cumplirá el objetivo de convertirse circunstancialmente en llave que permita abrir la puerta de acceso a una hipotética relación que, quién sabe, quizás sea la relación más importante de nuestra vida. Después de todo, con la persona que iniciemos esa relación ya compartiremos un gusto: el de amar a los perros. Que después nuestro perro se lleve bien con el suyo será harina de otro costal. Para saber cómo deberemos afrontar esa eventualidad en caso de producirse, lo mejor, tal vez, sea preguntar a aquellas personas que, separadas, divorciadas o viudas y con hijos, hayan iniciado una relación sentimental con una persona en la misma situación. Ellas seguramente sabrán mucho de celos, envidias e incomprensiones. Ellas podrían darnos, sin duda, muchos consejos sobre cómo capear los temporales que con toda probabilidad acontecerán. Pero para cuando esos temporales acontezcan ya se habrá cumplido lo que tanto deseábamos: ligar con un perro.