Buscando compañía desesperadamente
Como en tantas otras cosas, los japoneses también son pioneros en el ámbito de las relaciones entre personas en busca de compañía. Hace ya décadas que, en sus barrios rojos, algunas ciudades japonesas disponen de locales en que se puede producir el encuentro no siempre necesariamente sexual entre ejecutivos y jóvenes universitarias. En estos encuentros, sin embargo, se deben cumplir dos requisitos. El primero de ellos es que el ejecutivo de turno vaya con el dinero por delante. Es decir: que pague una cantidad de dinero por gozar de esa compañía femenina que, sólo en algunas ocasiones, podrá llegar hasta el lecho. El segundo, que esas jóvenes estudiantes sean, cuanto menos, atractivas. Esas jóvenes no han convertido esos encuentros en su actividad profesional ni en su vocación, pero sí que obtendrán, gracias a ellos, unos ingresos extras que les permitirán, en algunos casos, costear sus estudios. En otros, simplemente les servirán para conseguir un mejor nivel de vida.
Hace ya algunos años que, también en Occidente, empezaron a circular noticias sobre estudiantes universitarias que, para pagarse los estudios, sacarse un sobresueldo o poder aspirar a matricularse en un máster, ejercían la prostitución. A nadie sorprende ya encontrar, en los anuncios de escorts, la coletilla “joven estudiante” como reclamo para captar a un cliente que valorará no sólo la vertiente sexual de su acompañante y su calidad como amante, sino también la preparación y cultura que le permita mantener una relación que, durante el tiempo del encuentro, proporcione un bienestar que vaya más allá de las fronteras de lo erótico.
En todos estos anuncios de escorts que intentan reclamar a sus clientes desde su condición de estudiantes, sin embargo, queda meridianamente claro que una parte del encuentro (la fundamental en él) tendrá como objetivo la satisfacción sexual del cliente que ha decidido contratar sus servicios. En el fondo, algo tan viejo como la vida misma.
En los últimos tiempos, sin embargo, se ha ido instaurando una nueva forma de relación entre hombres y mujeres que, pese a fundamentarse en un intercambio pecuniario, no tiene porqué poseer componente sexual alguno. Esta forma de relación, permitida por los instrumentos de comunicación que las redes sociales ponen a nuestro alcance, parece ganar cada vez más espacio en una sociedad en el que, en demasiadas ocasiones, las personas no disponen de suficiente tiempo libre como para emplear el que se posee en intentar localizar lugares, visitarlos y, una vez visitados, intentar contactar verbalmente con alguna persona que esté dispuesta a prestar su compañía. Para aligerar dichos trámites, la red pone a disposición de sus usuarios una serie de webs que permiten, a cambio de un desembolso de dinero, tener una cita no necesariamente sexual. Estas webs, pues, ofrecen la posibilidad de pagar por una cita.
Dinero por compañía
Inspirándose en esa doble necesidad de la que hablábamos (la de las estudiantes de obtener unos ingresos y la de los hombres de una determinada edad y estatus económico de sentirse acompañados por jóvenes atractivas y medianamente preparadas) nació la website Seeking Arrangement. ¿Qué ofrece Seeking Arrangement? Un punto de encuentro para esos dos tipos de personas. Para que no se produzcan malentendidos (por ejemplo: que nadie espere sexo de una mujer que no está dispuesta a ofrecerlo) los miembros de este punto de encuentro deben especificar claramente sus expectativas y las líneas rojas que no deben traspasarse. Sólo especificando de una manera clara y sin ambigüedades los objetivos que se esperan alcanzar se evitará que se produzcan decepciones entre los miembros de este punto de encuentro.
En este punto de encuentro se citan quienes se conocen como Sugar Daddy (definidos en la página como “hombres y mujeres exitosos que saben lo que quieren”, que son emprendedores, que disfrutan de una compañía atractiva a su lado y que son generosos cuando se trata de apoyar a su Sugar Baby) con chicas que reciben el nombre de Sugar Baby (“personas atractivas buscando por las cosas finas de la vida”). Estas Sugar Baby adoran el estilo de vida lujoso, los viajes exóticos y, por supuesto, los regalos.
Esta web está abriéndose poco a poco en España, pero en el Reino Unido es ya todo un acontecimiento. Se dice que hay más de un cuarto de millón de estudiantes que gozan de un Suggar Daddy o una Suggar Mommy que se prestan a pagar por una cita y que el número de participantes en Seeking Arrangement ha crecido en un 40% durante un año.
Fundada en 2006, Seeking Arrangement ofrece cuentas Premium para que las suggar babies puedan obtener una mayor visibilidad pública.
Brandon Wade: el visionario de las citas de pago
El creador de esta web es Brandon Wade, un visionario a quien hay que responsabilizar también de la creación de Miss Travel, una web que permite a jovencitas y bellas mujeres de todo el mundo viajar allá donde lo deseen gracias a la ayuda “filantrópica” de algún miembro de dicha red social que se preste a costear los gastos del viaje, y de Whatsyourprice, otro punto de encuentro entre hombres y mujeres en las que éstos se anuncian ofreciendo dinero para conseguir una cita.
Esta última web, lanzada en abril de 2011 y con más de 800.000 miembros en todo el mundo, tiene cerca de cinco mil miembros españoles. El funcionamiento de Whatsyourprice se podría equiparar al de una casa de subastas. Los miembros “generosos” (que ofrecen dinero a cambio de compañía) pugnan por conseguir al miembro “atractivo” que ofrece esa compañía. Este miembro “atractivo” (que puede, al igual que el “generoso”, ser hombre o mujer) tiene la posibilidad de optar por tres opciones a la hora de recibir una propuesta de cita: aceptarla, declinarla o negociar la cantidad pagada por la misma. Si se atienden a las estadísticas registradas en España, el coste medio de una cita (que no es sexual) es de 71 euros.
Puestos a pagar, paga por sexo
Lógicamente, el funcionamiento de todas estas redes sociales choca frontalmente contra la intencionalidad de nuestro blog. Nuestra intención siempre es proporcionar una serie de instrumentos y conocimientos técnicos que, con práctica, os allanen el camino a la hora de intentar seducir a una persona. Pero no queremos ocultaros información alguna sobre asuntos que, de manera más o menos directa, guarden relación con el proceso del ligue. Entrar en contacto con alguna de estas webs puede hacerte concebir la esperanza de que, tras una primera cita de pago, y tras emplear tus innatas o aprendidas dotes de seducción, puedas conquistar a la “atractiva” protagonista de tu cita y, así, conseguir muchas más de ella a coste cero (o, cuanto menos, a coste de entrada de cine, café, copa o cena). Cada cual es digno de esperanzarse con lo que quiera. En ese sentido, consideramos que siempre resultará más sencillo salir de una de esas citas de pago con la pringosa sensación de la insatisfacción que con la promesa de una nueva cita sin contraprestación económica alguna. Y si es así, ¿por qué no pagar, puestos a pagar, por una cita en la que el sexo quede asegurado y en la que el corazón quede a salvo de enamoramientos imposibles?