Una anécdota de La Voz
Hay anécdotas que, por su curiosidad, quedan en la memoria de uno de manera especial. Una de ésas habla del apasionado amor que vivieron Frank Sinatra y Ava Gardner allá por los años 50. El famoso cantante y la bella actriz vivieron una relación tormentosa. La convivencia era imposible entre una mujer a la que la gustaba vivir a su aire y un hombre que muy probablemente quería someterla a los dictados machistas de su educación. Que Sinatra estaba enamorado hasta las trancas de la Gardner era algo que nadie ponía en duda. Pero la incompatibilidad de caracteres tiene esas cosas: no se puede estar mucho tiempo juntos sin lanzarse los platos a la cabeza. Y Ava y Frankie, Frankie y Ava, eran incompatibles por mucho que se quisieran. El cariño, eso sí, siempre existió entre ellos. Se dice que él veló por ella y que pagó su rehabilitación cuando, dos años antes de morir, Ava sufrió una apoplejía. Se dice también que, al morir, ella tenía sobre su mesita de noche una foto en la que aparecían los dos tortolitos, besándose en alguna tregua de la batalla campal de su relación. Y se cuenta también (y ésa es la anécdota que ha quedado en nuestra memoria de una manera especial) que cada año, cuando llegaba el 24 de diciembre, que, además de Nochebuena, era el día del cumpleaños de la actriz, La Voz llamaba a Ava y, por teléfono, le cantaba alguna de aquellas canciones de amor con las que aquel flacucho de ojos azules había enamorado a plateas enteras llenas de mujeres. Y es que, decían muchas de ellas, ¿cómo se podía permanecer inmune a la voz de Frankie?
Esta anécdota, que nos acompaña desde hace años y que se ha vuelto atemporal como sólo lo mítico puede serlo, nos hace siempre pensar en el poder mágico que la voz puede tener a la hora de seducir a una mujer. Siempre se ha hablado del poder de seducción de la voz pero nunca, hasta hace muy poco, se habían realizado estudios sobre la veracidad o no de esa relación entre ciertas voces y la capacidad de seducción.
Mejor la voz grave que la voz aguda
Juan David Leongómez, psicólogo de la Universidad de Striling (Escocia), ha liderado un grupo de investigadores que se ha dedicado a estudiar hasta qué punto ciertas características de la voz masculina, en particular los cambios de tono y la modulación de la misma, no sólo delatan la atracción sexual que un hombre siente hacia una mujer sino que, además, tienen el efecto de predisponer a las mujeres que las escuchan hacia el ligue.
¿Qué cambios son los que experimenta la voz de un hombre que quiere seducir a una mujer? La primera de ella, constatada por este grupo de investigadores, es la de bajar hasta una octava su tono. La voz del hombre que se siente atraído por una mujer se vuelve más grave y, también, más cantarina. Esto quiere decir que cambia con más frecuencia de tono y que se hace menos monótona. El estudio citado también demuestra que los hombres elevan el volumen de su voz cuando están en presencia de una mujer por la que se sienten atraídos.
Las razones que dan los investigadores a estos cambios en la voz son de carácter psicológico y evolutivo. Se dice que, al bajar el tono de voz, el hombre, inconscientemente, intenta transmitir dulzura y agresividad al mismo tiempo.
Hay otros estudios que apuntan a que este comportamiento de la voz masculina no es exclusivo del ser humano. El mono aullador negro, por ejemplo, lanza un chorro de voz grave si desea atraer a las hembras. Y como él, y según apunta un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Escuela Universitaria de Dublín, hasta 72 especias de mamíferos terrestres distintos. Leones, roedores, primates, koalas… todos agravan la voz cuando desean atraer la atención de las hembras de su especie. ¿Por qué? Porque se intenta transmitir la imagen de que se es más grande de lo que en verdad se es. Los animales más grandes tienen laringes mayores y, por tanto, cuerdas vocales más largas. Una cuerda vocal más larga puede oscilar a una frecuencia más baja y, por tanto, emitir una voz más grave. En resumen: se utiliza la voz más grave porque se quiere aparentar y, no lo olvidemos, el intentar aparentar puede ser una efectiva manera de publicitarse.
Trucos para usar la voz con intención seductora
Si quieres seducir a una mujer, ya sabes: entrena con tu voz y aprende a agravarla de manera voluntaria. No te vamos a pedir que cantes como Frank Sinatra (después de todo, un Sinatra no nace cada día) pero sí que tengas en cuenta cuatro factores referentes a tu voz y al uso que haces de ella (es decir: a cómo hablas) si quieres servirte de la voz como arma de seducción:
El primero de esos factores (y que no guarda relación con la hipotética “belleza” de una voz) es la velocidad del discurso. Éste debe tener la velocidad adecuada para resultar atractivo. Si es muy rápido, resulta estresante; si es muy lento, adormecedor. Es importante que entrenes este factor si quieres utilizar la voz para seducir, pero lo es más aún que prestes atención a la reacción de tu interlocutora. Observa sus reacciones y actúa en consecuencia. Tu flexibilidad para amoldarte a las diferentes situaciones será clave si deseas seducir a una mujer.
El segundo de los factores que tiene efecto directo sobre la capacidad de seducción de una voz y que debes aprender a controlar son las tensiones que actúan sobre ella y que la hacen sonar menos armónica, menos atractiva.
Las tensiones actúan sobre la lengua, sobre la mandíbula, sobre la laringe o sobre el paladar. Veamos cómo pueden afectar esas tensiones y cómo podemos contrarrestar sus efectos negativos.
- Sobre la lengua. La lengua tensa produce una voz engolada. La lengua tensa se encoge sobre sí misma. Hacer estiramientos con la misma permitirá evitar ese engolamiento. Sacando la lengua y haciéndola reposar sobre el labio inferior mientras se pronuncia la sílaba “Na” puede servir para destensarla.
- Sobre la mandíbula. Si la tensión actúa sobre la mandíbula, ésta queda agarrotada y fija. El resultado de esta tensión es la pérdida de volumen de la voz. Realizar ejercicios con la mandíbula abriendo y cerrando la boca sirve para destensarla.
- Sobre la laringe. La tensión en la laringe puede provocar dos efectos distintos en la voz. Ésta se puede volver más estridente o puede sonar como si se hablara en mitad de un bostezo. Liberar a la laringe de esa tensión contrarrestando lo que esté sucediendo servirá para emitir una voz más agradable al oído y natural.
- Sobre el paladar. Si el velo del paladar está bajo mientras hablas, la voz surgirá nasal. Una voz nasal no es agradable si se quiere seducir (Eros Ramazzotti debe de ser la excepción que confirma la regla). Para evitar esa voz nasal hay que subir el velo del paladar colocando la voz como si se estuviera bostezando.
El tercer factor a tener en cuenta si se quiere seducir con la voz es la dicción. Actuando de manera positiva sobre los dos factores anteriores se actuará también sobre este tercero. Leer en voz alta es un buen ejercicio para mejorar la dicción.
El cuarto factor es un factor que conocen todos los oradores y cantantes: el modo de respirar. Hay que respirar por la nariz y no hay que hacerlo de manera atropellada. Llenar al máximo los pulmones (lo notarás porque se te infla la barriga) es lo conveniente.
Si dominas los cuatro factores señalados mejorarás tu manera de hablar y podrás emplear tu voz como arma de seducción de una manera más efectiva.