Nuevas formas de cita a ciegas

Quien más quien menos ha pasado alguna vez en su vida por una temporada de sequía sentimental y soledad no buscada. Todos hemos sido single a la fuerza alguna vez. Cuando ha tocado bregar con eso de manera involuntaria, ¿quién no ha escuchado de boca de sus amigos una propuesta de cita a ciegas? “Conozco a una chica en el trabajo que hace un tiempo que lo dejó con su novio y que está bastante bien, si quieres organizo una salida para tomar una copa y vienes y así os conocéis”, han podido decirte alguna vez. Más de una pareja ha surgido de esos encuentros organizados por amigos o amigas que se han puesto el disfraz de celestinos y se han echado a la calle a buscar a nuestra media naranja.

Ahora, y gracias a la revolución informática, al boom de las redes sociales, a las múltiples apps diseñadas especialmente para hacer que podamos conocer a otras personas aparentemente afines a nuestros gustos, la función de celestina que antes correspondía a nuestros amigos/amigas, primos/primas y compañeros/compañeras de trabajo, ha sido asumida por dichas redes sociales, dichas páginas webs y dichas aplicaciones para móvil que nos facilitan el hecho de conocer a gente y fijar fechas y lugares de citas sin haber tenido que desplazarnos, noche tras noche, a los diferentes pubs de la ciudad buscando a nuestra media naranja mientras mantenemos una lucha a muerte contra nuestra timidez y buscamos la manera más adecuada de romper el hielo.

Más allá de las ya casi tradicionales páginas de encuentro y citas tipo Badoo, Meetic o eDarling, una de las modalidades más exitosas y quizás divertidas de intentar acabar con ese estado de soltería no deseado (los amigos y amigas van casándose, tienen hijos, y la familia no para de decirte que espabiles, que se te va a pasar el arroz, que te vas a quedar para vestir santos) son las que proporcionan los clubs y páginas webs que organizan citas rápidas y a ciegas en grupo.

Conociendo gente a la carrera

El Speed Dating (ese nombre recibe ese encuentro rápido con gente) nació en Estados Unidos. Fueron las comunidades judías las que lo inventaron. Gracias a él, los judíos recién llegados a una población podían conocer a otros judíos. Hoy en día, el Speed Dating es un encuentro organizado en una fecha y un lugar determinado por páginas web del tipo dateclubconnect.com o happydates.es y en el que las personas inscritas tienen la oportunidad de conocer a otra personas gracias al mantenimiento de charlas breves de cinco, seis o siete minutos.

Normalmente, cuando el participante en la cita rápida llega al lugar de encuentro, recibe una tarjeta de puntuación, un bolígrafo y una identificación. Durante el encuentro, la mitad del grupo permanece sentado en una mesa y la otra mitad va rotando durante el tiempo estipulado para cada mini-charla. Ese tiempo acostumbra a ser de entre 5 y 7 minutos, dependiendo de los organizadores.

Tras cada cita, cada uno de los participantes apunta en su tarjeta de puntuación si desea ver a esa persona de nuevo. Tras el evento, hay participantes que desean quedarse a charlar con algunos de los otros participantes. Es aquí donde se forman los corrillos y donde la gente se suele soltar un poquito más.

Una vez en casa, cada uno de los participantes apunta en la página web de los organizadores quién es la persona elegida. Acostumbra a suceder que se señalen como seleccionadas personas que no te han seleccionado a ti, pero el milagro también ocurre, y lo hace más a menudo de lo que puedes creer. Si eso sucede, si tú eliges a alguien y ese alguien te elige a ti, la organización da tu cuenta de correo a la persona que has elegido y tú recibes la suya. A partir de ahí, es decisión vuestra el contactar o no.

Slow Dating: sin prisas, por favor

Hay otro tipo de organizaciones y páginas webs que, más allá de la rapidez impuesta por el sistema del Speed Dating, apuestan por algo más relajado. Estas empresas sostienen aquello de que las prisas no son buenas, y fomentan desde sus espacios virtuales el Slow Dating, un tipo de encuentro más calmado y en el que el conocimiento entre las personas no se realiza bajo la dictadura implacable del reloj.

En estos casos, clubs de ocio como Clan-2000 (un club que organiza actividades en una gran cantidad de ciudades españolas, incluyendo, por supuesto, Barcelona y Madrid) programan actividades de todo tipo como pueden ser cenas, salidas, excursiones, fiestas, etc. Desde cursos de cocina a catas de vino, desde rutas culturales a salidas al teatro, el objetivo de estos clubs de ocio para singles es crear espacios y tiempos de encuentro en los que los singles puedan conocerse entre sí, participar de actividades de ocio, intimar poco a poco, establecer lazos de amistad y, si cuadra, iniciar el camino que les aleje de la condición de single.

Grupo busca grupo

Otra de las posibilidades de salir a la búsqueda de la media naranja que nos arranque de una vez de la soltería es salir en grupo, con otros amigos, a participar en una cita a ciegas con otro grupo de singles. Groopify, creado por tres amigos que regresaron a España tras un tiempo profesional fuera de ella, es un proyecto en funcionamiento basado en una idea simple pero muy atractiva: tres amigos buscan a tres amigas para quedar a tomar una copa. O al revés.

Los interesados sólo tienen que registrarse y señalar el día en que quieren quedar. Groopify, entonces, busca un grupo que se adapte a las preferencias y a las fechas en que se puede quedar, selecciona un bar y, mediante prepago de la primera ronda, establece el día y la hora de la cita. A partir de ahí, todo depende de cómo fluyan las cosas entre los dos grupos. Puede surgir alguna pareja de dicho encuentro. ¿Por qué no? Pero tampoco hay que obsesionarse con eso. Hay que tener siempre presente que nunca estás de más conocer gente nueva y que no todo en la vida debe reducirse a tener pareja. La amistad también es un regalo de la vida. Y hay que disfrutarla.