Maneras de vivir el sexo
Es posible que tu objetivo al ligar no sea sólo el hacer una muesca más en la culata de tu rifle. Es posible que lo que verdaderamente persigas al intentar conquistar a una mujer sea el buscar algo así como una compañera con la que realizar planes a medio o largo plazo. Si es así, son muchos los aspectos que hay que valorar a la hora de decidir si ese proyecto imaginado puede ser factible o no. Uno de esos aspectos es la compatibilidad sexual o, mejor dicho, la coincidencia en los planteamientos de lo que se piensa que, a nivel sexual, debe ser el comportamiento de la pareja.
Del mismo modo que no hay dos personas que conciban la sexualidad de la misma manera no hay dos parejas que vivan la sexualidad del mismo modo. Eso, claro, no quiere decir que no puedan realizarse determinadas generalizaciones que permitan realizar una tipología de las parejas según su comportamiento sexual. En su momento, el psicólogo y sexólogo Antoni Bolinches, basándose en sus estudios e investigaciones, esbozó en su obra Sexo sabio la siguiente tipología de parejas según su manera de concebir y vivir el sexo dentro de la pareja:
- Pareja puritana
- Pareja tradicional
- Pareja normativa
- Pareja evolucionada
- Pareja transgresora
- Pareja parafílica
Pareja puritana
En la mencionada obra, Bolinches habla de la pareja puritana como de una pareja que, por condicionamientos religiosos, practica una sexualidad muy restrictiva. No sabemos si tú buscas formar parte de una pareja así.
Creemos que la libertad sexual debe ser sagrada siempre que la sexualidad junto a una persona se comparta sin imposiciones ni coacciones. Así, tan respetables nos parece quienes emulan las andanzas descritas en los libros del Marqués de Sade como quien sólo practica el sexo con finalidad procreadora, con la luz apagada y con un agujero estratégicamente colocado en mitad del camisón.
Si ésta última es tu manera de concebir la vida sexual en pareja, procura averiguar si la mujer a la que has decidido conquistar tiene esa misma visión del sexo. Si no fuera así, no intentes fiar tu futuro como pareja a la compañía de esa mujer ya que bien pudiera ser que, iniciada la relación, ella decidiera marchar en busca de alguien que le proporcionara una vida un poquito más movida. Y haría bien. La propia sexualidad es algo demasiado serio como para arruinarla en aras de una relación que, a ese nivel, no proporciona lo que debería proporcionar, para garantizar su buen desarrollo, una relación.
Por eso, créenos, es mejor hablar claramente de las aspiraciones sexuales de cada cual antes de dar el paso de convertirse en algo más ya que la impresión general que pueda producirte esa mujer a la que estás conquistando puede no casar con su manera personal de vivir el sexo. Después de todo, la expresión mosquita muerta no se ha inventado hoy y nunca han faltado mujeres que, bajo un aspecto casi monjil y apocado, esconden una fiera sexual que sólo está esperando la llegada de las primeras caricias para dejarse ir. Si tú quieres formar una pareja puritana, no mientas a la mujer a la que quieres conquistar y dile la verdad. Dile que le darás mucho, mucho amor, pero poquito sexo. Ella, después, que decida.
Pareja tradicional
El segundo tipo de pareja según el modo de vivir la sexualidad descrito por Antoni Bolinches es una pareja que, por su “estructura libidinal” y su “escala de valores”, basa su vida sexual en los besos, los abrazos, los tocamientos, la masturbación y el coito vaginal.
Este tipo de parejas, apunta Bolinches, hablan poco de sexualidad. Y es que la sexualidad carece de importancia en su escala de valores, no es algo excesivamente valorado. Está ahí, sí, y se usa, pero tampoco pasa nada si se pasan largas temporadas sin practicar sexo.
Esta forma de concebir la vida sexual, apunta el autor de Sexo sabio, actúa como aval de la propia vida de pareja, es su garantía de pervivencia. No valorando especialmente lo sexual, el miembro de la pareja tradicional no siente curiosidad ni atracción por nuevas aventuras. El enamoramiento alternativo, pues, es difícil que se produzca en el caso de un miembro de una pareja tradicional.
Pareja normativa
Si Bolinches concede a este tipo de pareja según se vive la vida sexual el nombre de “normativa” es porque, estadísticamente, es el tipo de pareja más predominante. Este tipo de pareja posee en su catálogo de prácticas sexuales realizables todas aquellas que posee la pareja tradicional más alguna otra como pueden ser las prácticas relacionadas con el sexo oral (cunnilingus y felación) o alguna que otra postura sexual más “atrevida”.
Pareja evolucionada
En la tipología que Bolinches hace de las parejas según conciben éstas la vida sexual y según la viven, la pareja evolucionada vendría a ser lo que es la pareja normativa pero con unas variantes. El sexo oral, por ejemplo, se acostumbra a concebir en el caso de la pareja normativa como un prolegómeno del coito vaginal. En la pareja evolucionada, por el contrario, el sexo oral es concebido como una práctica finalista en sí misma.
La pareja evolucionada incluye también entre sus prácticas sexuales unas prácticas que no están incluidas en el catálogo de prácticas sexuales de las parejas normativas. Dichas prácticas son todas las que hacen referencia al sexo anal. De la estimulación oral o digital del ano a la penetración con el pene o con algún tipo de juguete erótico, son muchas las posibilidades de gozar del sexo anal que se abren en el seno de este tipo de pareja.
Dentro de este tipo de pareja también pueden darse diferencias de grado a la hora de vivir el sexo oral. Hay quien acepta el semen en la boca. Hay quien lo ingiere. Hay quien sólo acepta recibir la eyaculación en su pecho o su vientre; hay quien acepta que aquélla pueda “regar” su cara. Será la propia pareja quien decida de qué modo se ejecuta y finaliza esta práctica sexual.
Pareja transgresora
La escala de valores de este tipo de pareja les permite ampliar sus experiencias sexuales y sus prácticas sexuales hasta los límites mismos de la parafilia. Antoni Bolinches habla de este tipo de parejas como de las parejas que han decidido acatar la norma de “hacer todo lo que les gusta” y todo lo que, creen, “les puede gustar”.
La pareja transgresora tiene clara una cosa: que “dentro de la pareja vale todo aquello que la propia pareja decide que vale”. La pareja transgresora es una pareja que experimenta, que prueba, que incluye en su abanico de prácticas una amplia variedad de juegos entre los que pueden figurar los tríos, el intercambio de parejas, la práctica de la urofilia o lluvia dorada.
Pareja parafílica
Bolinches incluye en este tipo de pareja aquellas parejas que realizan prácticas sexuales que, dentro del modelo cultural en que se practican, son consideradas aberrantes. La mayor permisividad sexual de la sociedad actual ha hecho que se estrechen los márgenes dentro de los cuales un determinado comportamiento sexual puede ser considerado como aberrante.
No es nuestra intención reproducir aquí íntegramente el estudio que Bolinches hace en Sexo sabio de lo que es el comportamiento parafílico ni de cómo se articula éste dentro de la vida sexual de la pareja. Sólo te diremos una cosa: si reconoces en ti algún tipo de parafilia, a la hora de ligar con pretensión de durabilidad busca a alguien que comparta tu parafilia. Sólo así podrás/podréis tener una vida sexual satisfactoria.
Para saber esos detalles de la vida de una persona es necesario hablar de sexo. Pero hablar de sexo a pecho descubierto no es fácil. En nuestro artículo “Cómo hablar de sexo con una chica” te damos varios consejos que, quizás, pueden ayudarte a mantener esa conversación que, repetimos, es absolutamente necesaria para no errar a la hora de dar un paso más allá en la relación con una persona. Para ello resulta imprescindible que te sinceres contigo mismo. Ello te ayudará a atinar. Por ejemplo: si sueñas con eyacular en la boca de una chica, no intentes llegar muy lejos con una mujer que, decidida y categóricamente, rechaza “eso tan asqueroso” de lamer los genitales de un chico.