Errores al besar

En su momento ya hablamos en un artículo de este blog de la importancia del primer beso. El primer beso es capital para determinar si es posible avanzar un poco más allá en la relación o si el resultado desastroso de ese beso va a convertirse en un muro infranqueable que va a imposibilitar todo avance un poco más allá de lo ya vivido junto a esa persona.

En nuestro post “El primer beso: la prueba del algodón” dábamos varios consejos sobre cómo dar ése y, en definitiva, cualquier beso. Hablábamos de anticiparlo con la mirada. De iniciarlo con un simple contacto de labios. De evitar las prisas. De ir incrementando la intensidad del beso poco a poco. De no empezar en lo más alto. De cómo las lenguas, una vez entrelazadas, deben masajearse lentamente. De que es prioritario, para que el beso salga bien, buscar una postura adecuada.

En aquel post también señalábamos algunos de los efectos positivos del beso (el aumento de la dopamina, la testosterona, la oxitocina y la adrenalina, entre otros) y señalábamos de pasada algunas de las cosas que debíamos evitar al besar. En esta ocasión queremos centrarnos en destacar en nuestro post cuáles son los errores más comunes que se cometen al besar ya que, pensamos, a veces resulta más útil para aquél que quiere aprender sobre algo el saber qué es lo que no debe hacerse que no el escuchar mil y un consejos sobre técnicas a realizar o pasos a seguir.

La maestría en el arte de besar la dará, sin duda, la práctica. Ella será la que permita al besador de turno conocer el tempo adecuado del beso para que éste resulte efectivo. La experiencia será quien permita al besador adoptar sin esfuerzos la postura más adecuada para dar el mejor de los besos. Pero en el primer beso, en ése en el que nos jugamos el futuro a cara y cruz, no cuenta tanto la perfección técnica como el resbalón imperdonable. Por eso queremos destacar aquí los principales y más imperdonables errores al besar. Son los que a continuación detallamos.

Mal aliento

Parece una obviedad, pero en demasiadas ocasiones quien padece mal aliento (a causa de una falta general de higiene o a causa de haber acabado de comer algo que puede dejar mal aliento) no es consciente de ello. Uno de los grandes errores al besar es precisamente ése, besar con mal aliento. Y mal aliento puede ser, por ejemplo, el besar tras haberse fumado un cigarrillo. Quien es fumador habitual no alcanza a comprender que no a todo el mundo le gusta el olor (o el sabor) a tabaco.

Para evitar el cometer este error al besar hay que mantener una higiene bucal regular y, además, llevar a mano siempre un paquete de chicles o los famosos smint. Ellos pueden garantizarnos, en un determinado momento, un buen aliento.

Usar demasiado la lengua

En demasiadas ocasiones pensamos que un beso apasionado y bien dado sólo es aquél en el que la lengua se comporta de una manera casi hiperactiva. La hiperactividad lingüística es uno de los errores al besar más comunes. La pasión es una cosa y la invasión agresiva de la boca de la pareja con el ariete de nuestra lengua es otra. ¿Lo ideal? Actuar, tal y como se ha apuntado más arriba, sin prisas, de manera progresiva, in crescendo. Es decir: iniciar el beso con un leve contacto de los labios. Ya llegará el tiempo de meter la lengua con una mayor intensidad.

Usar demasiada saliva

En ningún manual del perfecto besador te dirán que un buen beso es un beso salivoso. Uno de los errores al besar más comunes es el de utilizar demasiada saliva al dar un beso. Para evitarlo hay que evitar el abrir demasiado la boca y controlar nuestros movimientos. Lo primero nos servirá para conseguir tragar la saliva que se va generando al mismo tiempo que besamos. Y es que, no hay que olvidarlo, somos personas, no somos grifos.

No concentrarse en el acto de besar

Éste, de entre los errores al besar destacados en este post, es el error más típicamente masculino. ¿Por qué? Porque para el hombre el acto de besar no es exactamente igual que para la mujer. Hay estudios que lo demuestran. Para el hombre, el beso es un paso previo al disfrute sexual. Para la mujer, el besar y ser besado es un acto placentero en sí. Si eres hombre, olvídate de pensar en lo que puede venir después y céntrate en lo que estás haciendo. La concentración en lo que estás haciendo será lo que te permita evitar cometer un error garrafal al besar. El concentrarte en el ritmo te permitirá centrarte en el beso. Eso sí: busca un ritmo que, al tiempo que te resulte cómodo, guste al otro…

Para concentrarse en el beso puede resultar de gran ayuda el cerrar los ojos. A nadie le gusta que quien le besa esté, al mismo tiempo, escudriñando su rostro intentando encontrar en él cualquier rastro de reacción. La mejor manera de conocer las reacciones del otro es atender a lo que sus labios y su lengua hacen. Así, pues, si quieres evitar un grave error al besar, concéntrate en las reacciones de la persona a la que estás besando y aparca la preocupación por el sexo. Si el beso es malo es muy probable que aquél no llegue. Por el contrario, besar bien ha servido desde siempre para abrir muchas puertas sexuales.

Hacer ruido

O, mejor dicho, no lo hagas en exceso. Que tu beso no suene nunca como una máquina succionadora. Hay mujeres a quienes no les gusta ese derroche de ruido y puede que precisamente ésa a la que quieres conquistar sea una de esas mujeres. Procura, pues, evitarle una pequeña sinfonía de sonidos guturales.

Centrarse sólo en la boca

Que la boca sea una zona especialmente erógena y protagonista principal del beso compartido no quiere decir que sea el único lugar que debe ser besado en ese primer beso. Lógicamente, no siempre resultará factible pasar del beso labial al cunnilingus, pero sí se podrá, por ejemplo, besar el cuello o las orejas de la chica a la que queremos conquistar. Orejas y cuello son zonas especialmente erógenas y un beso en ellas puede resultar muy placentero para quien es besada.

Morder muy fuerte

Sí: el mordisco tiene algo (mucho) de erótico. De ahí el sex-appeal de los vampiros. Por eso hay gente que no puede pasarse sin dar algún mordisquito que otro al besar. ¿Eres tú de ese tipo de personas? Pues nuestro consejo es que controles tus fuerzas. Morder con demasiada fuerza es uno de los errores al besar que suelen cometer muchas personas.

No respirar

No pasa nada por parar a respirar. Respirar, dicen, es bueno para la salud. Tanto como malo, dicen, es no hacerlo. Por eso es bueno, en mitad del beso, buscar un impasse. Éste puede aprovecharse para mirarse a los ojos, para medir la intensidad del deseo y, sobre todo, para reanudar un beso que, sin duda, habrá ganado en intensidad. No parar a respirar es un error al besar. No respirar mientras se besa puede, perfectamente, arruinar un beso.

En definitiva, todos estos consejos sobre lo que no debe hacerse al dar un beso se podrían resumir en uno: no seas impulsivo en exceso. Son los nervios los que nos hacen ser impulsivos y son los nervios los que nos hacen cometer los errores al besar que hemos destacado en este artículo. Tengámoslos presentes al besar por primera vez a la persona a la que queremos conquistar y evitemos caer en ellos. Así, si las puertas que conducen a ir más allá en la relación con esa persona se cierran, la culpa no será por nuestro modo de besar.