Consejos para complacer a una mujer

Si quieres complacer a una mujer, tienes que aprender un poco de finura. ¿Qué queremos decir con ello? Que debes evitar, en la medida de lo posible, comportarte como un gañán. Piensa que si una mujer te mira como alguien que desea complacerla será más sencillo que ella se plantee la posibilidad de complacerte a ti.

¿Qué quiere decir ser fino con una mujer? Simplemente, mostrarte con ella de manera respetuosa: ábrele la puerta, espera a que se siente antes que tú, pregúntale qué tipo de bebida le apetece durante la comida… Al realizar actos de este tipo un hombre está lanzando a la mujer un mensaje muy claro. ¿Ves?, dice ese mensaje, estoy pendiente de ti, te cuido, te mimo, quiero que te sientas a gusto y bien tratada.

Todas estas pequeñas cosas pueden parecer eso, cosas simples y sencillas, pero esas cosas simples y sencillas acostumbran a ser las que mejor funcionan en un proceso de seducción. Estos pequeños actos y otros semejantes dan muchas veces sus frutos y son, en demasiadas ocasiones, olvidados. Quizás los nervios juegan, en muchas ocasiones, en contra de ellos. Quizás los nervios, derivados principalmente de la inseguridad, impiden que el proceso de la seducción se realice de una manera satisfactoria y, por tanto, quede condenado a la esterilidad.

Actos de finura

Vamos a repasar a continuación algunos de esos pequeños actos que darán muestra de tu finura y que te permitirán aparecer ante la mirada de la chica a la que quieres conquistar como un caballero fino y educado.

Esos pequeños actos de finura serían los siguientes:

  • Ábrele la puerta.
  • Espera a que se siente primero.
  • Pregúntale qué le apetece beber.
  • No hagas como que la escuchas. Escúchala. Presta atención a sus palabras. Interésate por ellas. Responde en consecuencia a sus palabras y a sus comentarios.
  • Sé respetuoso con su espacio personal. Piensa que cada persona posee su propia “área de seguridad”, ese espacio íntimo que sólo cede a aquellas personas que mantienen con ella una relación muy íntima. Si te inclinas demasiado sobre ella o te aproximas demasiado a ella harás que se sienta en una situación incómoda y su incomodidad actuará en contra de tus intereses como seductor.
  • Lleva a la cita un pequeño ramo de flores o una caja de bombones. No creas que esto es un detalle anticuado. Ese pequeño presente le demostrará que tenías ganas de que llegase esa cita y de que te has preocupado de emplear tu tiempo en hacerle un presente. Ese presente es, en cierto modo, la prueba de hasta qué punto valoras esa cita.
  • No corrijas su forma de hablar ni le hagas notar que habla un poco alto. Piensa que ella puede estar tan nerviosa (o más) que tú, y que son esos mismos nervios los que la empujan a hablar con ese tono de voz un poco elevado.

Sin duda existen otras múltiples maneras de demostrar la finura. Tú puedes tener las tuyas propias. Lo importante a la hora de mostrarlas es escoger el término medio. No es cuestión de excederse. Una caja de bombones en la primera cita es un detalle elegante; un collar de diamantes, algo fuera de sentido y, muy probablemente, casi insultante. Lo ideal es mostrarse como un chico normal a quien no le cuesta tener un detalle con una chica que le gusta.

No hay nada mejor que ejercitarse en la práctica de la finura para convertirla en una especie de segunda piel. Cuanto más se practica, más natural se vuelve, y esa naturalidad de la finura juega a favor de quien la ejerce: las mujeres empiezan a verla como parte indisociable de la personalidad del chico en cuestión y este chico acaba recibiendo el premio de comprobar cómo aumenta un buen puñado de enteros su cotización como seductor.

Hay chicos que se parapetan tras un argumento un tanto estúpido para rechazar el comportarse de una manera fina con una mujer. Ese argumento es el de la pretendida defensa de la igualdad de género. ¿Qué tendrá que ver la igualdad de derechos con el comportamiento fino en una cita? Igualdad de derechos significa que la mujer debe poder acceder a mejores salarios y a mejores puestos de trabajo, no quiere decir que la mujer deba comportarse y ser tratada como un hombre. No busques una excusa tan burda para evitarte el esfuerzo de comportarte de una manera fina. Si lo haces, estarás jugando en contra de tus propios intereses.