Niveles para ser validado

Hay tres niveles para poder invertir la tendencia de buscar la validación externa y de ser validado internamente, buscando dar emociones positivas a todas las personas en tu vida.

Nivel I: buscar validación del mundo. Cuando una chica me gusta, me siento feliz. Cuando no lo hace, me siento como un fracasado. Continuamente me encuentro siendo la víctima de mi vida. Me falta la energía y la motivación suficiente, ya que cada día me comprometo con mi espíritu para el confort y la seguridad de estar bien.

Nivel II: Yo normalmente me siento feliz en mi vida, y considero que todo es satisfactorio. Tengo una actitud positiva, y tengo un círculo social muy vital. La gente no suelen fijarse en mí, pero tampoco necesitan fijarse en mí: estoy feliz de cualquier manera. Mis sueños de infancia, sin duda no se están haciendo realidad, pero soy un adulto ahora y mi vida es bastante dura. En general, estoy haciéndolo bastante bien, y me siento feliz, por lo general, la mayor parte del tiempo.

Nivel III: Independientemente de cómo me siento, sé que estoy alineado con mi objetivo en la vida. Siento que hay un significado en todo lo que hago, y si ese sentido no está presente me tomo un tiempo para hacer un balance de la actividad que realizo y me está perjudicando e intento borrarlo de mi vida. Mis relaciones son positivas, ya que me siento libre para dar amor a la gente que me rodea. Todo lo que necesito está dentro de mí, y mi propósito es compartir mi perspectiva positiva y estilo de vida con la gente de mí alrededor.

La mayoría de los hombres se sitúan entre los niveles I y II. ¿Tú dónde estás?

¿Estarías de acuerdo conmigo en que cada uno de nosotros tiene un regalo, muy valioso, para ofrecer al mundo? ¿Podemos asumir que la entrega de este regalo se conecta con tu propósito? Por último, ¿estamos de acuerdo en que la negativa (en cualquier nivel) para dar este regalo en todas y cada momento es verdaderamente egoísta? Tal vez te sorprendas, pero el papel de víctima en la vida es el último acto del egoísmo. Cada uno de nosotros tiene la oportunidad de dar y, sin embargo, preferimos quedarnos callados. Uno podría no jugar todo el tiempo a ser la víctima, pero la mayoría tienen este hábito molesto y fastidioso. Este es el campo que debes trabajar, en estos momentos.

Tómate un momento y echa un vistazo a tu objetivo en las entradas anteriores. ¿Está relacionado contigo? ¿Estás preparado para lograr o ganar algo con el éxito de este objetivo? Si es así, no cambies de objetivo. No lo hagas, por favor.

Si, por ejemplo, tu propósito es “alcanzar la libertad económica”:

Yo deseo la libertad económica para que yo pueda realizar, libremente, lo que quiero hacer y cuando quiero hacerlo. Ya no voy a trabajar para un jefe explotador, ni voy a responder a ningún supervisor. Voy a ser el dueño de mi vida.

Quiero la libertad financiera para poder tener tiempo libre para dedicarme a las pasiones que existen dentro de mí. Voy a ser capaz de pasar más tiempo con mi familia, amigos y seres queridos, así como servir a los demás.

¿Ves la gran diferencia? El primero sabe lo que quiere y tiene una actitud de asimilación, sin hacer rehenes, hacia su objetivo principal. Temporalmente, esto está bien, pero con el tiempo los demás serán descartados por el abrumador egoísmo y que demostraría por conseguir sus metas. En el segundo caso, el chico se centra en el objetivo especificado, pero los ánimos de su propio lado egoísta no existen, ya que intenta hacer que los demás se encuentren muchísimo mejor. Su mundo no se centra en él, se solidariza con los demás de una forma abrumadora.

Ahora, incluso planteando nuestro propósito claro, y comenzando a centrar nuestras actividades diarias en el logro de esta meta, todavía estamos expuesto a la ira, a los celos, a la envidia, al resentimiento, etc. ¿Qué podemos hacer entonces?

Lo primero y lo más importante que se debe hacer, y algunos terapeutas por ahí van a gritar “estás loco”, es la de no expresar las emociones negativas que tenemos dentro. Así, si tenemos la capacidad de no expresar nuestras emociones negativas al resto del mundo, tendremos el sello de un hombre de Nivel III.