Estudio de Harvard para ligar preguntando

Licenciado en Harvard. Catedrático de Harvard. Doctor por Harvard. Cualquiera de esos títulos ha gozado siempre de un prestigio que no seremos nosotros quienes juzguemos inmerecido. Desde que se fundara el 8 de septiembre de 1636 en Cambridge (Massachussets, EEUU), la Universidad de Harvard ha gozado siempre de un sólido prestigio. Considerada por muchas clasificaciones de universidades la mejor universidad del mundo, por sus aulas han pasado personajes de la talla de los presidentes Barack Obama, F.D. Roosevelt o J.F. Kennedy, los visionarios Bill Gates o Mark Zuckerberg (creador de Facebook), el escritor John Updike o la actriz Natalie Portman.

En Harvard se han realizado algunos de los estudios e investigaciones más pioneras sobre los más diversos campos del conocimiento humano. En Harvard se han realizado estudios sobre la obesidad, sobre el tabaquismo, sobre el efecto del azúcar en la dieta, sobre el consumo del cannabis y su relación con la diabetes, sobre el genoma humano, sobre todo lo que tenga que ver con las relaciones políticas internacionales y, también, sobre la técnica de diálogo más efectiva a la hora de gustar a una persona y conquistarla.

Ha sido un grupo de psicólogos de la Universidad de Harvard dirigidos por Karen Huang quien ha teorizado sobre la necesidad de hacer muchas preguntas a la persona a la que queremos conquistar como método que puede servirnos para alcanzar dicho objetivo.

Tras realizar un sencillo experimento sociológico entre parejas de desconocidos. El experimento consistía en juntar a diferentes parejas. Una vez establecidas las parejas, un miembro de cada una de ellas debía encargarse de realizar el mayor número de preguntas posibles al otro miembro de la pareja. Tras dichos encuentros, la persona que había recibido la catarata de preguntas era cuestionada sobre su predisposición a quedar de nuevo con la persona que le había realizado la batería de preguntas. La predicción que habían realizado los expertos de Harvard se cumplió: tenían más opciones de disfrutar de una segunda cita aquellas personas que habían realizado un número de preguntas por encima de la media.

Mejor preguntar que hablar de uno mismo

¿Por qué resulta más efectivo, a la hora de ligar, preguntar que hablar de uno mismo? Las respuestas son tres:

  • Porque el que pregunta tiene más posibilidades de comprender al otro.
  • Porque el que pregunta está, en cierto modo, validando las opiniones de quien responde.
  • Porque preguntar es una manera de demostrar que se está interesado en la persona a la que se pregunta.

Preocuparse por las necesidades emocionales de la otra persona es siempre la mejor manera de conectar con esa persona. Así, el preguntar se convierte en la puerta de entrada a un grado de intimidad que puede facilitar que se produzca la conexión necesaria como para que el intento de seducción resulte exitoso.

Curiosamente, preguntar es lo contrario de lo que suelen hacer muchas personas cuando intentan conquistar a otra. ¿Por qué? Porque, por regla general, tenemos miedo de parecer o resultar indiscretos. Para eludir dicho riesgo enfocamos la conversación en nosotros mismos. El egocentrismo se apodera entonces de la intentona de seducción y, como una hidra, absorbe buenas partes de sus posibilidades de triunfo. La intención al colocarnos en el foco de la conversación es clara. Al hacerlos queremos adornarnos y, con ello, mostrarnos al otro de la manera más positiva posible. Esto, a la larga (y a veces incluso a la corta), resulta contraproducente. No da los resultados esperados.

Pero preguntar para ligar no es sencillo. El dominio de la técnica de cómo preguntar se impone para no parecer un simple encuestador autómata. Las preguntas deben ser de seguimiento, es decir, deben apoyarse en gran medida en las respuestas que nos vaya dando la persona a la que estamos preguntando. Es así como esa persona adquiere conciencia de la importancia de sus palabras. Por el contrario, una catarata de preguntas disruptivas (es decir: de preguntas que apenas tienen nada que ver las unas con las otras) nos alejarían de nuestro objetivo. Preguntar de manera disruptiva vendría a ser algo así como ir picoteando temas sin profundizar en ninguno, algo que no sirve para hacer que la otra persona se sienta importante ni para que tenga la sensación de que sus palabras son importantes para nosotros.

Tipos de preguntas para ligar

El grupo de investigadores de Harvard que ha realizado este estudio sobre la importancia de preguntar a la hora de ligar ha agrupado las preguntas que deben utilizarse para conquistar a una persona en tres tipos de preguntas:

  • Preguntas de causalidad. Las preguntas que verdaderamente funcionan a la hora de ligar son aquéllas que están enfocadas a conocer las causas de ciertos hechos. Por ejemplo: ¿por qué estudias o estudiaste esto?, ¿por qué quisiste viajar precisamente a aquel país y no a otro? Al preguntar para ligar, el ‘por qué’ debe prevalecer sobre el ‘qué’. El ‘por qué’ es, siempre, una puerta abierta a la personalidad del otro. Cuando el otro nos contesta un ‘por qué’ está esbozando parte de su personalidad.
  • Preguntas de emociones. No tengas miedo a parecer entrometido o indiscreto. Si quieres gustar a la persona con la que estás hablando pregúntale, siempre dentro de un límite, por sus emociones. El cómo le hizo sentir algo puede ser una buena puerta de entrada. Ir mucho más allá puede resultar arriesgado, ya que, uno, la persona puede sentir invadida su intimidad, y, dos, la persona puede considerarte un psicólogo vocacional, lo cual, en la inmensa mayoría de los casos, no resulta muy apetecible.
  • Preguntas de futuro. Preguntar a una persona por sus próximos planes y objetivos en la vida puede ser, también, una buena manera de demostrarle que nos importa y una buena manera de conocer su personalidad y valorar nuestras posibilidades de éxito. Si hablándonos de sus proyectos de futuro nos dice, por ejemplo, que piensa marcharse de misionera a Etiopía, podemos intuir que tenemos pocas posibilidades de triunfar en nuestra intentona de seducción.

Estos son, en resumen, los mejores consejos que puedes seguir para conquistar a una persona utilizando las preguntas y según el mencionado estudio de la Universidad de Harvard. Si tras seguir estos consejos al pie de la letra no consigues los resultados esperados siempre puedes echarle la culpa a la prestigiosa universidad norteamericana. Al fin y al cabo, de sus aulas también salió gente como George W. Bush.