Chupadores de energía

¿Has escuchado alguna vez la expresión vampiros emocionales? Pues deberías conocerla pues sirve para retratar a un tipo de personas a las que mejor mantener lejos de nosotros, sobre todo cuando pensamos en esas personas como posibles parejas. La soledad no es buena (o no lo es cuando no es una soledad buscada) pero peor que la soledad es, en muchos casos, compartir el día a día, la vida y los proyectos de futuro con eso que se llama vampiro emocional.

Si alguna vez quieres ligar con alguien y descubres en ese alguien alguna de las características propias de los vampiros emocionales, huye de esa persona como de la peste, pues pocas gratificaciones obtendrás de tu relación con ella y sí muchos dolores de cabeza.

El vampiro emocional es ese tipo de persona que te hace sentir culpable y estresado. El vampiro emocional es u tipo de persona que, por decirlo de algún modo, te roba la energía, te la absorbe, hace que te resulte agotador el darle satisfacción o el prestarle atención. No esperes empatía ni compasión por parte del vampiro emocional. El vampiro emocional no valorará nada de lo que hagas por él porque, en el fondo, en el fondo, él piensa que toda servidumbre le es debida. Su egoísmo, por retratarlo de algún modo, es semejante al egoísmo de los niños y, como los niños, sólo tienen en cuenta una cosa: sus propias necesidades. Por eso son depredadores anímicos. Y por eso utilizarán todo lo que sepan de nosotros (y sobre todo nuestros puntos flacos) para dañarnos.

Tipos de vampiros emocionales

Entre los vampiros emocionales podemos encontrar diversos tipos. El psicólogo J. Bernstein ha realizado una tipología en la que distingue entre los siguientes tipos de vampiros emocionales:

  • Vampiros antisociales. Divertidos y contrarios a cualquier tipo de norma social, los vampiros emocionales de este tipo anhelan ante todo una vida excitante en la que los deseos sean inmediatamente compensados. Si topas con un tipo de persona así, no esperes que te ofrezca nada a cambio de todo lo que tú le des. Como suele decirse de una manera popular, todo lo que ofrezcas a una persona de este tipo serán “margaritas echadas a los cerdos”.
  • Vampiros histriónicos. El histrión busca, ante todo, un público. Sin ese público, el histrión no es nada. Por eso este tipo de vampiro emocional busca ante todo ser el centro de atención de las personas que le rodean. Para ellos, la vida cotidiana es un material de un valor incalculable: todo en ella se puede convertir en puro espectáculo. No esperes que un vampiro emocional de este tipo reconozca sus equivocaciones.
  • Vampiros narcisistas. Perfectos y talentosos. Inmejorables. Así es como se ven a sí mismos este tipo de vampiros emocionales. Un tipo de persona así se aprovechará de ti sin remordimiento alguno por una sencilla razón: porque tú no eres nada para ella. Una vez te haya utilizado para cumplir sus objetivos y esos objetivos hayan sido cumplidos, un vampiro emocional de tipo narcisista te dejará de lado sin preocuparse de ti.
  • Obsesivos compulsivos. Este tipo de vampiro emocional puede ser muy peligroso. En la escala de valores de una persona así hay dos valores primordiales: el orden y la seguridad. Si siente en peligro alguno de esos valores valores, el vampiro emocional obsesivo compulsivo utilizará todos los medios a su alcance para conseguirlo. La censura y el castigo serán, sin duda, alguno de esos medios. Y si debe escoger un tipo de castigo que cause sufrimiento para obtener esa sensación de orden y seguridad que necesita para sentirse bien, no dudará en escogerlo y aplicarlo con todas sus consecuencias.
  • Vampiros paranoicos. Para este tipo de vampiros emocionales, todo tiene un significado oculto. Desconfiados por naturaleza, nunca podrán sentirse a gusto contigo. Bueno… ni contigo ni con nadie. Recelarán constantemente y convertirán la vida de la persona que la comparta con ellos en un pequeño infierno. Desconfiados como son, el rencor es parte habitual de su manera de ser, por eso los vampiros emocionales de este tipo son incapaces de perdonar.

¿Cómo escapar de los vampiros emocionales?

Una vez identificados los vampiros emocionales, debemos hacer todo lo posible, tal y como hemos dicho antes, por alejarnos de ellos, por escapar a su poder, por poner tierra de por medio. Los vampiros emocionales absorben nuestra energía y buscarán la manera de cambiar nuestras actitudes y nuestros valores. El miedo y la confusión serán sus armas más poderosas para cambiar nuestra manera de ser y para, si es necesario (y para ellos normalmente lo es), enemistarnos con nuestras amistades y nuestros seres queridos.

Una de las máximas habilidades de los vampiros emocionales es hacernos creer que son fundamentales en nuestra vida. No lo son. Y nos daremos cuenta de ello cuando, por fin, nos hayamos liberado de su influjo. Eso, claro, no se consigue de la noche a la mañana. Hay que dar pequeños pasos. Por ejemplo: respirar profundamente cuando el vampiro emocional nos monte su numerito. O ensayando técnicas de abstracción. O estableciendo un foco visual que nos permita aislarnos de lo que el vampiro emocional está organizándonos.

Fijarnos límites que delimiten lo que podemos y no podemos hacer por una persona y aprender a respetar esos límites es fundamental para escapar al control de los vampiros emocionales. El “hasta aquí hemos llegado” es una expresión que, tarde o temprano, hay que saber utilizar con los vampiros emocionales. Sólo así escaparemos a todos los daños que ese tipo de personas pueden causarnos.