Vamos a empezar este ejercicio visionando las últimas 24 horas de tu vida. Primero, anota las actividades en las que estabas involucrado y en las decisiones que has tomado. Al lado de esta lista, escribe las emociones vividas en cada actividad. Así, lo que pretendemos buscar son los patrones de comportamiento y los sentimientos expresados. Este va a ser nuestro primer paso y aquí, unos ejemplos:

Despertar = Aturdido, deprimido, cansado

Ducharse = Enérgico, vitalidad

Vestirse = Aceptación por lo que tiene que venir

Hacerte el desayuno = Satisfacción, estómago lleno

Conducir al trabajo = Tenso, ansioso y enfadado por el tráfico

Llegar al trabajo y tener 50 mensajes pendientes = Organización

Utilizando este ejemplo, sigue adelante y crea un gráfico similar de tu día a día. Trátalo como una encuesta de tus emociones. Al releerlo, pregúntate: ¿has escrito patrones emocionales que te gustaría cambiar, tanto positivos como negativos? Además, ¿cómo manejaste la situación? ¿Habría cosas que te gustaría cambiar y que podrían ayudarte para hacerte sentir con más poder y con más positivismo? Corre, haz el gráfico y, después, haz un breve escrito respondiendo a las preguntas anteriores.

A continuación, tendrías que crear otro escrito similar, pero esta vez escribiendo en lo que podrías haber hecho de otra manera. Al hacer la primer parte de este ejercicio, se puede observar que hay patrones de conducta que, por ahora, no puedes cambiar. Por ejemplo, si tu trabajo es de día, es casi seguro que no lo vas a poder dejar en un corto plazo. Sin embargo, puedes tomarte más descansos para comer más saludablemente o, para ir al gimnasio (para sentirte físicamente más vital y con más fuerza). Además, si tenemos reacciones negativas a ciertas cosas, siempre podremos ajustar nuestra actitud para aceptarlas y, de esa manera, podremos manejarlas con una actitud más positiva y optimista.

Guiándonos en el primer ejemplo podría ser así la segunda parte del ejercicio:

Me desperté grogui, pero hice 10 minutos de yoga: me he sentido deprimido y cansado al principio, pero, después, me he sentido bien con el cuerpo y la mente

Ducharme: me he refrescado y me he sentido con mucha más energía

Vestirme: he elegido la ropa que voy a llevar en el día de trabajo, y me he echado mi perfume favorito

Desayunar: he comido un desayuno saludable, y me siento satisfecho por haberme llenado el estomago

He cogido música para poderla escuchar de camino al trabajo mientras conduzco: me he sentido un poco tenso pero relajado, a la vez, por escuchar mi música favorita

He llegado al trabajo y tengo 50 mensajes pendientes: en un principio, me he sentido abrumado y estresado, pero después de organizarme, me he sentido muy bien

Después de una hora en mí puesto de trabajo, me he tomado un descanso de 5 minutos para irme a caminar alrededor del edificio: he conseguido un poco de oxígeno extra para calmar la ansiedad y el estrés que me provoca el trabajo

¿Ves qué diferencia? El segundo ejemplo muestra a un hombre capaz de enfrentarse a su día a día de una manera más positiva, sana e independiente. Así que, tómate 5 minutos y escribe este nuevo ejercicio.

El último paso para acabar este ejercicio te ayudará a diseñar algunos cambios en tu vida cotidiana. Inclusive si eres feliz en el 99 por ciento de las ocasiones, tendrías que trabajar muchísimo para conseguir ese 1 por ciento tan persistente. Por lo tanto, los descubrimientos encontrados en el ejercicio 1 y 2, desarrolla tres nuevos hábitos que ayuden a romper las viejas costumbres y creen otros más positivos y satisfactorios. Utilizando el ejemplo anterior, aquí unas pequeñas ideas:

1) Tómate un pequeño descanso cada hora y así romperás la monotonía de estar sentado delante del ordenador, o en el puesto de trabajo. Además, conseguirás una perspectiva diferente de la rutina.

2) Voy a hacer 10 minutos de yoga cada día por la mañana (o a meditar). Esto ayudará a empezar el día con una mejor aptitud, una actitud más positiva.

3) Voy a dedicar una hora al día para desarrollar mis habilidades de trabajo en Internet. Esto me permitirá la creación de un sitio web que ofrecerá los servicios que puedo ofrecer al resto de la gente.

Antes de continuar, tómate un tiempo y haz el ejercicio. Estas tres ideas están muy bien, no seas demasiado ambicioso y no realices más de tres. Si haces demasiadas, podrías boicotear los esfuerzos de cara al futuro. Puedes ir agregando, alguno más, en los próximos tres meses.

Te voy a dar algunos consejos que te serán útiles y prácticos y que te ayudarán a mantener una actitud positiva ante los retos de la vida. Es fácil equivocarse y descuidar varias áreas en nuestra vida. Vamos a señalar alguno de ellos para evitar poder ser zancadilleado y seguir el camino sin ninguna traba. Cada vez que damos la espalda a nuestras responsabilidades diarias, estamos facilitando a que en nuestra vida surjan problemas. Y una vez nos llegue ese problema, nos puede crear un impacto negativo en nuestra energía y en nuestro estado de ánimo. Aquí tienes:

5 claves para llevar una actitud positiva:

Financias:
Asegúrate de que estás manejando, adecuadamente, tu dinero y mantente dentro de tu presupuesto. La lucha por el poder económico y la libertad monetaria es real en estos días. Mediante la gestión de tu dinero y mantenerte en la cima de sus finanzas, te quitas un peso de encima y te evitas el estrés ante una llamada de un posible acreedor.

Ejercicio:
Ponte en forma. Está demostrado que las personas que trabajan su cuerpo tienen una visión más positiva de la vida. Cuando el cuerpo se siente sano y fuerte, la mente y los sentimientos tienden a seguir esa tendencia. Además, al estar en mejor forma, el atractivo personal crece cada día más.

Familia:
¿Cómo llevas las relaciones con tu familia? ¿Está en buena sintonía con tu madre y tu padre? Muchas personas no la tienen, por lo que añaden, de esa manera, una capa de estrés y ansiedad en su vida interior. Sugiero el fortalecimiento de estas relaciones, ya que fortalecerá tu base emocional.

Casa:
¿Está tu casa limpia? ¿Dejas la casa con los platos sucios en la cocina? Esto puede parecer poco importante, pero si te comportas como un hombre el mundo comenzará a tratarte como tal. Si tienes dinero, invierte en muebles y contrata una asistenta para tener un piso ordenado y en condiciones.

Amigos:
Un amigo mío tenía una pared de yeso, donde los visitantes que recibía en su casa podían firmar sus nombres. Otro amigo solía tener una caja de zapatos llena con fotos de sí mismo con imágenes de su infancia. Estos pequeños detalles son siempre buenos para mostrar a tus acompañantes, ya que al instante se sienten más cómodas y conectan, más rápidamente, contigo. La idea aquí es ser responsable y crear un ambiente más acogedor y placentero.