Slow Dating

No hace demasiado hablábamos en nuestro artículo “Legalfling: la nueva aplicación para solicitar relaciones sexuales” de cómo dicha app permitía a aquellas personas que quisieran ir al grano de lo sexual sin compromiso alguno encontrar a otras personas que desearan lo mismo que ella. En un universo millenial, Legalfling permitía la velocidad que los miembros de esa generación valoran en casi todas las facetas de su vida, también en el de las relaciones personales.

Pero la sociedad actual no sólo está compuesta por millenials. También forman parte de ella personas que consideran que, como dice el dicho, “las prisas no son buenas consejeras”. Y menos para el amor. Son personas a las que les aturde la velocidad del universo Tinder. Son personas que, en cierta medida, son amantes de las formas antiguas, del flirteo sin prisas, de la seducción a fuego lento, del amor o el cariño que brota poco a poco. Son personas que, sin renunciar a las oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y las aplicaciones de citas, prefieren ir pasito a pasito y poco a poco. Es para estas personas para quien está pensada Appetence, una aplicación que hace toda una declaración de principios al inicio de su página web: “Au revoir, fast dating”, proclama Appetence convirtiéndose en la punta de lanza de la defensa de lo que se ha llamado slow dating.

Para empezar, Appetence comete lo que podría parecer un pecado en estos tiempos en los que la imagen adquiere una importancia capital. Casi todas las aplicaciones para ligar o aplicaciones de cita parten del atractivo de una fotografía para iniciar el proceso de contacto entre dos personas. El usuario, por ejemplo, de Tinder, hablará con otra persona después de haber contemplado su fotografía. Sólo entonces, previa visión de la imagen, podrá establecerse ese contacto. En Appetence sucede justamente al revés. Existe una imagen, sí, pero esa imagen sólo podrá ser contemplada cuando la conversación entre dos usuarios haya avanzado lo suficiente como para que la imagen, pixelada al principio, pueda distinguirse poco a poco.

Los perfiles de Appetence

La gracia de Appetence, señalan sus creadores, radica en que la aplicación pone en comunicación a personas con intereses o gustos parecidos. Tras analizar los perfiles de los usuarios de Appetence, la aplicación los empareja. Esto obliga al usuario de esta aplicación a ser absolutamente sincero en la realización del propio perfil. Si de verdad deseamos utilizar esta app para slow dating para encontrar a una persona con la que podamos iniciar algún tipo de relación deberemos ser sinceros al marcar cuáles son nuestras preferencias y nuestros gustos. No digamos, por ejemplo, que nos apasiona leer si es mentira. Si lo hacemos, nos arriesgamos a no saber qué decir cuando la persona con la que nos empareje Appetence nos empieza a hablar de Proust, Joyce, Faulkner o Tolstoi. Ante una verdadera amante de la literatura no quedaremos demasiado bien si cuando nos habla de Dorian Grey le preguntamos en qué equipo juega.

Para empezar a usar Appetence hay que darse de alta en la aplicación. Este paso puede darse de dos maneras: utilizando nuestro correo electrónico o vinculando nuestra cuenta de Facebook. Una vez dados de alta, empezaremos a elaborar nuestro perfil. Para realizarlo, la aplicación nos pregunta nuestros gustos musicales, cinéfilos, literarios, gastronómicos, televisivos, etc. También nos pide una frase que, de alguna manera, pudiera servir para definir lo que en Appetence se llama nuestro “estilo de vida”. Appetence nos pide también que especifiquemos qué tipo de personas nos interesan, qué rango de edad deben tener, qué tipo de relación buscamos y en qué radio de distancia se deben encontrar esas personas.

Una vez hecho todo esto, Appetence muestra nuestro perfil a aquellos usuarios con los que nos haya emparejado. En dicho perfil aparece nuestra foto pixelada, nuestro nombre, nuestra edad, la distancia a la que nos encontramos de quien contempla nuestro perfil y la información que hayamos dado como “estilo de vida”. Esta información aparece en forma de hashtag. Es decir, si al definir nuestro “estilo de vida” hemos destacado que consideramos básica la práctica deportiva, Appetence indicará en nuestro perfil: #hacerdeporte.

A partir de aquí, podremos hablar con aquellas personas con las que Appetence nos haya emparejado. Si iniciamos una charla y esa charla se hace duradera, podremos conocer el rostro de esa persona que, por sus gustos, podría cuadrar con nosotros. Quién sabe: quizás esa persona con la que hemos contactado gracias a Appetence se convierte en la persona más importante de nuestra vida.

Appetence sólo está disponible para iOS. Si quieres descargar esta aplicación para slow dating deberás acudir a la tienda virtual de Apple.