¿Atrae lo físico? ¿Atrae lo espiritual?

La disyuntiva es tan vieja como la historia. Platón y Aristóteles ya la escenificaron con sus enseñanzas. La idea o el cuerpo, lo espiritual o lo material. Esa es la disyuntiva que subyace tras las dos posturas que intentan explicar qué es lo que nos atrae de una persona. Los platónicos aseguran que lo que nos atrae de una persona es lo que hay en el interior de ella. Los aristotélicos, por el contrario, defienden que las claves de la atracción sexual se encuentran en lo material. Es decir: que lo que nos atrae de una persona es su físico. Pero… ¿y la ciencia? ¿Qué dice la ciencia respecto a esta disyuntiva? ¿Cuáles son, según la ciencia, las claves de la atracción sexual?

Los platónicos y los aristotélicos, idealistas y materialistas, romanticones y los que detestan el tono edulcorado de los melodramas televisivos de las sobremesas del domingo que estén esperando que la ciencia les dé, de alguna manera, la razón, van a llevarse una gran decepción. O una mediana decepción. Y es que la ciencia, lejos de defender a rajatabla y apostar por una postura u otra a la hora de delimitar las claves de la atracción sexual, aboga por una combinación de factores de diferente tipo.

El primero de esos factores que explican el porqué de la atracción sexual es la proximidad entre las personas. Antes nos sentiremos atraídos por una compañera de trabajo que por alguien a quien vemos en el bar cuando vamos a tomar el café. La desconfianza hacia lo desconocido no es el mejor abono para que la atracción sexual germine y fructifique. Por eso tendemos a optar por aquello que nos resulta más familiar.

Otra de las claves de la atracción sexual que suelen destacar quienes, de manera científica y con estudios de por medio, se han dedicado a analizar el tema de la atracción sexual es la semejanza. Nos sentimos más atraídos por lo semejante que por lo diferente. Así, preferiremos antes a alguien de nuestra etnia que a alguien de una etnia diferente a la nuestra. El nivel cultural, la clase social, la religión, la edad o la procedencia geográfica son, también, factores claves de la atracción sexual. Buscaremos a alguien que tenga nuestras mismas creencias que a alguien con creencias diferentes y a alguien con nuestro mismo nivel cultural que a alguien que posea un nivel cultural distinto al nuestro. Como ya vimos en nuestro artículo “Importancia del nivel educativo a la hora de ligar”, puede pasar, pero no es habitual que una mujer titulada escoja como pareja a un hombre sin estudios.

Personalidad e inteligencia en la atracción sexual

La ciencia, en su esfuerzo por describir cuáles son las claves de la atracción sexual, ha fijado también su mirada en las características más propias de la persona. Si una persona es afectuosa, considerada, cariñosa y se muestra feliz ante los demás, resultará más atractiva que aquélla que muestre unas características radicalmente diferentes. ¿Quién puede sentirse atraído por la desconsideración, el desdén, la falta de empatía o la amargura? No diremos que nadie, pues los seres humanos, de puro complejo que somos, mostramos en algunas ocasiones y de manera tenaz una empecinada tendencia a buscar aquello que, lejos de proporcionarnos la felicidad, nos daña.

Existen estudios científicos que en lugar de fijar la mirada en el objeto del deseo lo hace en la persona deseante. Estos estudios, que distinguen entre diversos tipos de deseantes, destacan especialmente dos: los demisexuales y los sapiosexuales. Los demisexuales serían aquellas personas que sienten atracción preferentemente por aquellas personas con las que guardan algún tipo de vínculo sentimental. El grupo de los sapiosexuales, por su parte, estaría formado por aquellas personas que sienten atracción por el intelecto de una persona, por su manera de comunicar, por sus valores, por su ingenio o, de manera global, por su pensamiento.

Cuando se habla de pensamiento e inteligencia, sin embargo, hay que delimitar correctamente de qué tipo de inteligencia hablamos cuando hablamos de las claves de la atracción sexual, ya que existen múltiples tipologías de inteligencia y muchos clasificadores de inteligencias. Un grupo de investigadores de la University of Western de Australia realizó un estudio para intentar averiguar qué nivel de inteligencia suele resultar más atractiva. La conclusión principal a la que llegaron estos investigadores australianos fue la siguiente: la inteligencia resulta atractiva, sí, pero siempre que no supere unos ciertos límites. Es decir: que una persona inteligente es, por regla general, una persona atractiva, siempre que no sea inteligente en exceso. La inteligencia excesiva, pues, repele. El coeficiente intelectual más valorado según el mencionado estudio es 120.

El físico en la atracción sexual

Los diferentes estudios científicos que se han realizado para intentar desentrañar las claves de la atracción sexual han destacado también (no podía ser de otra manera) la importancia de lo físico. Al resaltaar este aspecto la ciencia no destaca tanto la apariencia o la imagen de la persona (después de todo, los cánones de belleza cambian de un momento a otro) como la genética de la misma. Nuestro físico, sostienen algunos estudios que intentan analizar las claves de la atracción sexual, debe transmitir la idea de que tenemos buenos genes.

Otros estudios científicos que intentar establecer una relación entre aspecto físico y atractivo sexual sostienen que las personas que poseen una mayor simetría en el rostro son sexualmente más activas que aquellas personas que poseen un rostro más asimétrico. Esto es algo que los demás percibimos de manera inconsciente del mismo modo que percibimos de manera inconsciente el color de la esclerótica del ojo. Una esclerótica blanca resulta más atractiva que una esclerótica que no lo es tanto.

El olor es otro de los factores claves de la atracción sexual. Determinados olores nos atraen más que otros. Una publicación de la estadounidense Universidad de Brown sostiene que las mujeres se sienten más atraídas por aquellos hombres que desprenden un olor corporal que sea diferente no sólo al de ella, sino también al de sus familiares. ¿Qué persigue la mujer, según el estudio de la citada universidad, al comportarse así? Que sus descendientes resulten mejorados genéticamente.

Como vemos, son muchas las claves de la atracción sexual. Y ninguna de ellas puede ser tomada como un dogma. No existen dogmas a la hora de desentrañar las claves de la atracción sexual. De hecho, el individuo mismo es un ser cambiante. Nuestros gustos fluctúan a lo largo del tiempo. A los cuarenta no tiene por qué atraernos el miso tipo de persona que nos atraía a los veinte. Hombres que sienten una atracción casi fetichista por las mujeres pechugonas han acabado sintiéndose atraídos por mujeres de mamas escasas y mujeres que bebían los vientos por hombres de espesa melena y alta estatura han acabado enamoradísimas, excitadas y felizmente unidas a calvos bajitos. Y es que la generalizaciones son siempre malas, en especial cuando se habla del comportamiento de los seres humanos y de las claves de la atracción sexual.