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Quien da el paso gana

Leerás muchos consejos sobre cómo conseguir a una chica. Son muchos los manuales de seducción existentes en el mercado y cada vez más las páginas que te van a guiar en esa aventura de seducción y conquista que es todo ligue. Hay un consejo, sin embargo, que debería figurar grabado en oro en tu memoria. Ese consejo se resume en la siguiente frase: “el tipo de consigue a la chica es el chico que se mueve, nunca el que se queda quieto”.

Mi Castillo

Hay que ser ingenioso para escribir tu perfil: si funciona, recibirás un montón de mails y visitas. Si no, ya te darás cuenta cuando no tengas nada de nada.

Amor y amistad

Hay dos tipos de chicos en lo que respecta a las citas. El primero tipo es el hombre de los chicos y el segundo el hombre de las chicas. ¿Qué queremos decir con esto? Simplemente, que, si excluimos el interés sexual y éste no interviene en la motivación de la cita, hay hombres a los que les gusta quedar con hombres y hombres a los que les gusta quedar con mujeres.

El perfecto caballero

No creas a quien te diga que eso de quedar como un caballero está pasado de moda. Nunca estará de más quedar como un caballero ante una mujer. Ellas lo aprecian. Si puedes aparecer ante sus ojos como un caballero tendrás mucho ganado. Piensa que, en un momento u otro de su vida, toda mujer se ha encontrado con un bruto que, sin finura alguna, la ha insultado o la ha hecho sentir como si fuera una basura. Por eso siempre resulta refrescante para una mujer que un hombre la trate como un caballero.

Encajar el rechazo

Entre los conceptos que el aprendiz de seductor tiene que tener siempre presente hay uno que adquiere especial relevancia por la influencia que puede tener o no sobre su nivel de autoestima. Ese concepto tiene que ver con el rechazo y con su nivel de relación con la propia personalidad del seductor. El rechazo acostumbra a tener más que ver con la persona que rechaza que con la que es rechazada. Dice más de la personalidad de la primera que de la de la segunda. Por eso hay que relativizar su importancia e intentar disminuir sus efectos secundarios.

Los gastos en las primeras citas

No existe cita gratis. Quítatelo de la cabeza. Puedes buscarla más o menos cara. Puedes invitar a cenar a la chica a una hamburguesería o a un restaurante de varios tenedores. Podéis tomar un refresco en un bar de barrio o una copa en algún lugar de moda. Hay muchas opciones, pero ninguna de ella es gratis. Asúmelo cuanto antes.

Errores imperdonables al ligar

La primera impresión marca de una manera determinante la mayor parte de las relaciones entre las personas. Para que la primera impresión que una chica objetivo de tu estrategia
de seducción no sea tan negativa como para imposibilitarte cualquier éxito futuro hay una serie de errores que no debes cometer. Los que vamos a reseñarte a continuación serían algunos de esos errores al ligar que no deberías cometer.

Sorpréndela y sorpréndete

Pasa tiempo con ella y que ella disfrute de tu compañía. Sorprenderla es un factor muy importante, improvisación e invención, dale a la mente y se creativo.

Ansiedad al ligar

Es humano desear aliviar los trámites y ansiar que todo avance a mayor velocidad, sobre todo cuando estamos esperando alcanzar un objetivo que, creemos, nos va a proporcionar un pedazo de esa sensación difusa y deseable a la que llamamos felicidad. Esta prisa, sin embargo, debe ser aparcada cuando se trata de citas. Las prisas no son buenas cuando se quiere ligar. El proceso de la seducción está reñido con las prisas y con la ansiedad. Nada peor que parecer un desesperado cuando se intenta ligar. Los salidos nunca han tenido un buen cartel.

Los silencios incómodos

Un silencio puede retumbar en medio de una conversación mucho más que un vocerío. Y puede resultar igual de molesto. O más. En una conversación, y más si esa conversación es una conversación que encierra en sus entrañas una finalidad seductora, un silencio es una traba a vencer, un hueco que hay que rellenar, un socavón que hay que esquivar para que no acabemos rompiéndole el fémur a nuestra voluntad ligona.

La resistencia al seductor

Parece que todo ha ido sobre ruedas. Tus tretas de seductor han funcionado y la mujer a la que has querido seducir ha ido avanzando hacia ese punto con el que tanto has soñado. Parece todo hecho. Ya sueñas con ese tiempo en el que la pasión será la que dicte sus normas. Y de golpe surgen sus dudas, las resistencias vuelven a alzarse como una muralla infranqueable entre vosotros y un “no” que parece sonar categórico sale de su boca. ¿En verdad ese no es categórico? ¿Es tan sólido como aparenta? ¿Cómo actuar a partir de ese momento en el que el no es pronunciado?