caricias
Sexo en la ducha: consejos para disfrutar bajo el agua
Esta noche vamos a probar con cosas nuevas, besándonos y tocándonos en sitios donde no solemos visitar con frecuencia. Haremos sexo en la ducha y quiero ver como te masturbas.
Mirar, tocar, masajear y control del orgasmo: adiós, rutina
Hoy vamos a romper la rutina con miradas, tocamientos, masajes y control del orgasmo
Rutina en la pareja: consejos sexuales para acabar con ella
Hoy vamos a romper la rutina, con juegos, orgasmos, felaciones y exploraciones del cuerpo.
Caricias y mimos para hacer que un chico se sienta especial
Hoy os vamos a dar unos consejos sobre masajes, mimos y caricias que tu amante te agradecerá. Pequeños y simples detalles que hará que tu amante se sienta especial.
Masajes, mimos y caricias: el petting como preludio al sexo
Las citas online es un tema bastante complicado, pero trataremos que en las entradas que hablaremos sobre ello simplificar cosas y dar explicaciones en los términos del día a día. Si ya has tenido experiencias malas al respecto, tienes la experiencia para no cometer los mismos errores y sustituir acciones equivocadas por acciones acertadas, se aprende a base de errores.
¿Cómo escribir el primer mensaje a la hora de ligar?
¿Cómo romper el hielo cuando se ha conocido a una chica que nos hace tilín y con la que hemos intercambiado nuestro número de teléfono? ¿Cómo debe ser el primer mensaje que le enviemos? ¿Qué errores no hay que cometer en ese primer intento de comunicación por escrito? Saber qué poner en ese primer mensaje para ligar es fundamental, si no para triunfar, si al menos para no cerrarnos puertas a las primeras de cambio.
Sexo en la primera cita
No nos engañemos. Los chicos lo llevamos grabado en la cara desde el mismo momento en que conocemos a una chica por la que sentimos una cierta atracción. Lo llevamos grabado en la cara y su nombre es sexo. Eso es lo que buscamos desde el mismo instante en el que el mecanismo de la atracción se pone en marcha: sexo. Podemos estar debatiendo sobre los últimos acontecimientos políticos o rememorando aquellos tiempos en los que éramos compañeros de instituto. Nada de eso tendrá la suficiente fuerza como para arrancar de nuestra mente un pensamiento que está ahí, fijo en algún lugar de nuestro cerebro, y sobre el que volvemos una y otra vez: las ganas de tener sexo con esa mujer.